Saludos a todos mis amigos de HIVE, en especial a los de la comunidad @holos-lotus. Nuestra amiga @charjaim nos invita a participar en la iniciativa número 34 con e3l tema: “Tragos amargos, ¿a qué le das permiso para que saque lo peor de ti? Como se trata de una problemática muy sensible, hago extensiva la invitación a @jrobe y @princess23ary.
Recurso
Vivimos en una sociedad muy heterogénea, lo que conlleva muchas veces a que nos encontremos en situaciones que casi nos llevan a explotar, y para evitarlo nos vemos precisados a elaborar nuestras propias estrategias. En mi caso me ha servido de mucho recurrir a acciones como:
Hablar sin elevar el tono de voz (si se eleva la irritación se incrementa).
Buscar pretextos que pudieran haber influido en el tratamiento inadecuado recibido. (O sea, las causas del comportamiento inadecuado)
Tratar de identificar algo positivo en el comportamiento inadecuado, a fin de partir de ahí para expresar lo que me incomoda. (Si arremeto señalando lo negativo, el interlocutor se atrinchera y no habrá solución posible).
Pensar en cosas gratas, como todo lo que Dios nos ha regalado, fundamentalmente la familia.
Siempre que sea posible, desviar la atención hacia otro punto.
Si lo que me saca de paso no es algo inmediato, busco alternativas como escuchar música relajante, escribir o dibujar.
También cuando le expreso mi inquietud a un ser querido, es como “tirar un cable a tierra”; en este caso también escuchar otras opiniones ayuda mucho. (No se trata de ir contándole a muchas personas nuestra preocupación)
Apartarme temporalmente del lugar cuando la incomodidad rebasa los límites de lo soportable.
En fin, podemos buscar muchas variantes para sacar el mal humor que nos provocan determinadas situaciones, y conseguir la paz interior, evitando todo tipo de remordimiento.
En lo personal les confieso que detesto las discusiones y los problemas, por lo que cuando me encuentro en un lugar donde las personas acostumbran a tratarse de ese modo, me aparto inmediatamente, mucho más cuando intentan inmiscuirme con preguntas para que yo tome partido.
El hecho de que no nos gusten los problemas, no nos exime de que en determinadas situaciones nos veamos precisados a enfrentarlos. Uno de ellos se me presentó en una ocasión cuando nombraron un nuevo director en la escuela donde trabajaba, era uno de nuestros compañeros de trabajo, pero como solemos decir, “se le fue el cargo para la cabeza”.
Recurso
Sucedió que nos comenzó a tratar con autoritarismo y hasta falta de tacto, al extremo que un día se puso a llamarme a viva voz desde la primera planta (yo trabajaba en la tercera); como yo no le respondía, seguía vociferando. Cuando me acerqué en absoluto silencio me dijo que me estaba llamando, a lo que le respondí que lo había escuchado perfectamente, y le referí una anécdota de lo que me había acontecido recientemente:
En aquel entonces yo vivía en el campo, un domingo salí para visitar a mis abuelos, pero iba por una travesía en la cual tenía que cruzar un rio; cuando iba algo distante mi papá se percató de que había llovido en la zona montañosa por lo que el rio debía estar crecido. En efecto tuve que regresar porque no podía pasar al otro lado, entonces mi papá me dijo que no me había llamado porque a mí no me gustaba que me gritaran.
Al escuchar mis argumentos, el director me pidió disculpas, se reanudó nuestra amistad y creo que también fue útil en lo sucesivo para desempeñar su cargo.
Muchas gracias por leer. Quedaré muy agradecido con sus comentarios. Las fotos fueron tomadas de pixabay.com. Texto traducido al inglés por traductor de Google.
English version.
My art of self-control in extreme situations.
Greetings to all my HIVE friends, especially those in the @holos-lotus community. Our friend @charjaim invites us to participate in initiative number 34 with the topic: "Bitter pills, what do you give permission to bring out the worst in you?" As this is a very sensitive issue, I extend the invitation to @jrobe and @princess23ary.
Resource
We live in a very heterogeneous society, which often leads us to find ourselves in situations that almost lead us to explode. To avoid this, we are forced to develop our own strategies. In my case, actions such as:
- Speaking without raising my voice (if it rises, irritation increases).
- Looking for excuses that could have influenced the inappropriate treatment received (that is, the causes of the inappropriate behavior).
- Trying to identify something positive in the inappropriate behavior, in order to start from there to express what bothers me. (If I lash out by pointing out the negative, the other person will become entrenched, and there will be no possible solution.)
- Thinking about pleasant things, like everything God has given us, especially family.
- Whenever possible, divert my attention to another point.
- If what gets me out of trouble isn't something immediate, I look for alternatives such as listening to relaxing music, writing, or drawing.
- Also, when I express my concerns to a loved one, it's like "grounding myself." In this case, listening to other opinions also helps a lot. (It's not about telling multiple people about our concerns.)
- Temporarily leaving the area when the discomfort exceeds the limits of what is bearable.
In short, we can find many ways to get rid of the bad mood that certain situations provoke in us and achieve inner peace, avoiding all kinds of remorse.
Personally, I confess that I hate arguments and problems, so when I find myself in a place where people tend to treat each other that way, I immediately back away, especially when they try to interfere with me with questions to get me to take sides.
Just because we don't like problems doesn't exempt us from having to confront them in certain situations. One of them came to me once when a new principal was appointed at the school where I worked. He was one of our coworkers, but as we say, "he got carried away with the position."
Resource
It happened that he began to treat us with authoritarianism and even a lack of tact, to the point that one day he started shouting at me from the first floor (I worked on the third floor). When I didn't respond, he kept yelling. When I approached, he silently told me he was calling me, to which I replied that I had heard him perfectly, and I told him an anecdote about what had happened to me recently:
Back then, I lived in the countryside. One Sunday, I went out to visit my grandparents, but I was going along a path where I had to cross a river. When I was a little farther away, my dad noticed it had rained in the mountainous area, so the river must have been swollen. In fact, I had to turn back because I couldn't get to the other side. Then my dad told me he hadn't called me because I didn't like being yelled at.
Upon hearing my arguments, the director apologized, our friendship was rekindled, and I believe it was also useful in his future work.
Thank you very much for reading. I would greatly appreciate your comments. The photos were taken from pixabay.com. Text translated into English by Google Translate.