Hoy fue un día especial. No porque tocara una carrera ni un entrenamiento duro, sino porque nos reunimos todos los del equipo para algo diferente: celebrar la vida. Resulta que teníamos varios cumpleaños acumulados desde marzo hasta julio, así que decidimos hacer un solo compartir y festejar todos juntos.
Desde que llegué sentí esa energía que solo se vive cuando estás rodeado de gente con buena vibra. No importo el tiempo que transcurrido desde que no nos reuníamos, lo importante era que estábamos ahí, todos celebrando. Nuestra mesa improvisada estaba llena de comida, risas y echadera de bromas, de esas historias que ya hemos contado mil veces pero que igual nos hacen reír como si fuera la primera.
Hubo risas, fotos y mucha comedera y una que otra bebida espirituosa por allí. Y lo mejor de todo es que, aunque nos une el running, hoy entendí que lo que realmente nos mantiene juntos es la amistad. Correr nos hizo encontrarnos, pero compartir momentos así nos hace familia. Al final, te das cuenta que estos momentos son los que alegran el alma, llenan tu corazón de buenas sensaciones y te ayudan a relajarte y descansar del entretenimiento y, sobre todo, cada día que la vida nos regala.
Vamos por más, por más entrenamiento, por más carreras y muchos más compartir
La felicidad no necesita filtro
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