Entrada al Concurso “Ese zumbido que no cesa” |  Lo inesperado

@giezihrz · 2025-10-08 01:09 · Literatos

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Un nuevo día. El sol resplandece como suele hacerlo normalmente. Sus rayos se posicionan por todos los lugares que pertenecen a su reino. Estos atraviesan solo lo que es posible: los cristales de ventana; así como los que se encuentran en la habitación de esta chica que aún se encuentra posicionada cómodamente sobre su cama, cubriendo con su manta todo el cuerpo, salvo su rostro que queda expuesto y que dichos rayos solares le dan en la cara, lo que la obliga a tener que salir del mundo de los sueños para reconectarse con el verdadero.

Sus ojos se abren lentamente con cierta dificultad. Y su conciencia: inoperante.

Esta mujer, joven, ya una vez vuelta en sí se despoja de su manta para dejar expuesto la hermosura y sensualidad de la figura de su cuerpo, el cual está cubierto por una camiseta y una ropa interior que cubre perfectamente sus partes íntimas. Al levantarse se dirige inmediatamente al baño para realizar su aseo diario: tomando una ducha con agua fría que le permitirá despojarse de cualquier sensación de pereza; y el lavado de sus dientes con su pasta dental favorita: con fuerte sabor a menta; la cual unta por encima de su cepillo dental.

Al dar todo por terminado pasa después a la cocina para prepararse una taza de café acompañado de pan tostado con huevo frito.

Degusta de sus creación mientras medita en medio del silencio absoluto que se encuentra presente en todo su pequeño apartamento. Un apartamento que mas que ser su refugio, para ella viene siendo un templo, un templo en donde se puede olvidar por completo del mundo exterior para indagar en el suyo propio, donde sigue sus propias reglas y es el centro del todo. Ahí, sus pensamientos circulan como el viento y cobran todas las formas que desean.

Ya una vez terminado, pasa a su habitación nuevamente para abrir el armario y escoger entre su amplia colección de ropa, aquella que va más acorde con sus necesidades: algo comedido que va entre lo coqueto y lo casual. Impregnado del toque de la fragancia de un nuevo perfume. Y el arreglo de su cabellera con su peine.

Al tomar el ascensor pulsa al instante el botón que la dirigirá hacia la planta baja. Tras salir del edificio, se encuentra con el sol radiante que la obliga a sacar sus lentes de sol de su cartera, para ver sin problemas en la calle y así no tropezarse ante otras personas que transitan por la calle o también poder evitar cualquier incidente con los vehículos cuando le toque pasar de una acera a otra.

El día está tranquilo. Las personas a pesar de ser numerosas al igual que los vehículos, no llegan a producir tanto ruido como ella esperaba o recordar normalmente: hay una pasividad que se vuelve excepcional hasta que unas sombras que vienen deslizándose por el suelo van incrementándose aceleradamente de tamaño al igual que el ruido que las acompaña.

La chica al estar extrañada ante tal fenómeno no deja de parar de voltear a sus costados mientras que la gente entra en pánico, y a su vez, se quedan mirando hacia el cielo en donde se logra apreciar una serie de insectos gigantes que se aproximan hacia todos ellos, hasta que logran aterrizar.

Todos se tranquiliza por un instante: desde la gente hasta estos seres de apariencia grotesca y nauseabunda -para todo aquel que se atreva a verlo por los detalles que no suelen ser tomados en cuenta en su tamaño original que la naturaleza les dio.

Silencio total. La quietud es la norma: los humanos e insectos, al unísono, se quedan observando  fijamente a la joven, quien ahora se encuentra totalmente desnuda, temblorosa y presa del miedo; logrando ella a pesar de todo  cubrirse con sus manos ciertas áreas de su cuerpo. Y es ahí casi al instante en que empieza a convulsionar -un ataque parecido a la epilepsia - que da a pie a una transformación violenta, en que su apariencia exterior se torna parecida al de sus visitantes: tórax robusto, de cabeza grande y ojos prominentes, una serie de patas que salen a sus costados, y un par de alas que brotan desde su espalda. Una vez completada la metamorfosis, este nuevo ser se prepara para emprender el viaje junto con el resto de sus semejantes hacia un rumbo indefinido.


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https://hive.blog/hive-179291/@es-literatos/concurso-de-relatos-ese-zumbido-que-no-cesa

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