Elian, The smoker of sorrows. Original artwork and story

@gooze · 2025-06-24 13:45 · Alien Art Hive

In a forgotten city, where the alleys smelled of old dust and unfulfilled promises, lived Elian. He wasn't the skeleton you see now, but a man of flesh and blood, with strong hands and a contagious laugh. He was an honest worker, a simple soul who only wanted a quiet life with his small family: his wife, Angelica, and his daughter, little Sofia, a girl with big eyes and a huge smile who always asked for a story before bed.

But the city, like an insatiable beast, demanded sacrifices. The factory that was his livelihood was also his prison. One day, a promise of easy fortune reached his ears: a group of suspicious people offered money in exchange for a 'small favor.' An act of sabotage, they murmured. Elian, blinded by the desperation to give Sofia a new toy or a trip to the beach she'd never seen, accepted... It was a spark, a miswired cable, a one-second error.

When he woke up, there was no fire, no screams. Only a terrible cold and a darkness that covered him. Getting up, he felt his body was light, hollow. He ran home, but Angelica didn't see him and Sofia didn't hear him. He had become a shadow, condemned to wander, to observe, but never to touch.

The factory was rebuilt, the 'compensation' money reached his family, but at what cost? Elian became a whisper, a memory, a cold breeze in the city's nights. He watched Angelica grow old and Sofia grow up without a father to hug her, listening to stories he could never tell her, and the weight of his guilt became unbearable.

It was then that he found his cigarette, forgotten on a windowsill. He lit it without knowing how, and the smoke, instead of dissipating, seemed to absorb a part of his torment. Each puff was a sigh of regret, each exhalation gave him a sensation of momentary relief. It became his only company, his only way to feel something, even if it was the bitter taste of tobacco.

Now, Elian, the Smoker of Sorrows, walks through the dark corners, the lonely streets, and the paths where shadows are longest. His face is now an ethereal skull, looking upwards not in supplication but in resignation, and the cigarette, which never fully burns down, is a symbol of his eternal condemnation. He smokes the desperation of those who pass by and the dreams he himself shattered. Those who are more sensitive can perceive the aroma of the cigarette, without being able to explain where it comes from. Elian does not seek to scare; he only seeks a little relief in the smoke that rises, carrying with it, perhaps, a tiny fragment of his endless pain. His existence is now an endless cycle: to exist, to observe, and to smoke, eternally, the bitter taste of an error that condemned him to nothingness.


ESPAÑOL

En una ciudad olvidada, donde los callejones olían a polvo viejo y promesas sin cumplir, vivía Elian, el no era el esqueleto que ven ahora sino un hombre de carne y hueso, con manos fuertes y una risa contagiosa. Era un trabajador honrado, un alma simple que solo queria una vida tranquila con su pequeña familia: su esposa, Angelica, y su hija, la pequeña Sofia, una niña de ojos grandes y sonrisa enorme que siempre le pedía una historia antes de dormir.

Pero la ciudad, como una bestia insaciable exigía sacrificios. La fabrica que su sustento, era también su prisión. Un día, una promesa de fortuna fácil llegó a sus oídos: un grupo de personas sospechosas ofrecía dinero a cambio de un "pequeño favor". Un acto de sabotaje, murmuraron, Elían, cegado por la desesperación de darle a Sofia un juguete nuevo o un viaje a la playa que no conocia, aceptó... Fue una chispa, un cable mal conectado, un error de un segundo.

Cuando despertó no había fuego, ni gritos. Solo un frío terrible y una oscuridad que lo cubria. Al levantarse, sintio que su cuerpo era ligero, hueco. Corrió a su casa, pero Angelica no lo vio y Sofia no lo escuchó. Se había convertido en una sombra, condenado a vagar, a observar, pero nunca a tocar.

La fábrica fue reconstruida, el dinero de la "indemnización" llegó a manos de su familia pero, a qué costo? Elían se convirtió en un susurro, un recuerdo, una brisa fría en las noches de la Ciudad. Vio a Angelica envejecer y a Sofia crecer sin un padre que la abrazara, escuchando las historias que él nunca pudo contarle y el peso de su culpa se hizo insoportable.

Fue entonces cuando encontró su cigarrillo, olvidado en el borde de una ventana, Lo encendió sin saber cómo y el humo en lugar de dispersarse pareció absorber una parte de su tormento. Cada calada era un suspiro de arrepentimiento, cada exhalación le daba una sensacion de alivio momentaneo. Se volvió su única compañía en la única forma de sentir algo, aunque fuera el amargo sabor del tabaco.

Ahora, Elían, el Fumador de Penas, camina por los rincones oscuros, las calles solas y los caminos donde las sombras son más largas. Su rostro es ya una calavera eterea, mira hacia arriba no en súplica sino en resignación y el cigarrillo que nunca se consume del todo, es un símbolo de su eterna condena. Fuma la desesperación de los que pasan y los sueños que él mismo destrozó, aquellos que son mas sensibles, logran percibir el aroma del cigarrillo, sin explicarse de donde viene, Elian no busca asustar, solo busca un poco de alivio en el humo que se eleva, llevando consigo quizás, un minúsculo fragmento de su interminable dolor. Su existencia es ahora un ciclo sin fin: existir, observar, y fumar, eternamente, el amargo sabor de un error que lo condenó a la nada.

P1490575.jpg

P1490572.jpg

P1490573.jpg

P1490574.jpg

P1490575.jpg

#art #ocd #ocdb #spanish #curangel #qurator #curie #original #neoxian #alien
Payout: 0.000 HBD
Votes: 39
More interactions (upvote, reblog, reply) coming soon.