Hoy parecía un miércoles de nunca acabar. Primero, por varios laboratorios averiguando el costo de los exámenes y eco que debo hacerles a Fiorella y pequeño Mathias. Luego de compras y finalmente averiguando como realmente se juega lo que nos ganamos.

La preocupación de madre

Los exámenes de mi niña son por una menarquia de 10 días con tan sólo 10 años. Justamente en agosto del año pasado le ocurrió lo mismo, pero fue de tan sólo 2 días. En ese momento, luego de los exámenes, la pediatra nos indicó que el proceso apenas había iniciado. Y los exámenes de Mati son por su estreñimiento. Ya nos toca exámenes para volver donde la gastroenteróloga pediátrica; ya tenemos 4 semanas con tratamiento. Ir en la búsqueda de un buen laboratorio con precios ajustados al presupuesto fue la faena del día que finalmente logramos. Mañana nos toca bien temprano.

El alivio inesperado

Quedaba la última toma del Milax de Mathias

Lo más gracioso que nos ocurrió hoy fueron dos cositas. La primera: que hasta bien tarde ayer, el presupuesto que tenía para los exámenes era poco. Además, debíamos ir por unas compras al supermercado, más las cosas de la dieta de Mathias, su Milax que le quedaba la última toma, y recargar 4 botellones de agua potable que usamos para la semana.

En esta zona de San Juan de los Morros es un problema total el agua como servicio regular; a veces tenemos 20 días sin agua, por lo que hay que usar tanques para almacenar y agua potable de botellones. Por supuesto, muchas personas optan por pagar un servicio de perforar pozos, con un costo de 500$ toda su instalación, es un sueño lejano para muchos.

Entonces, justo antes de dormir anoche bien tarde, le dije a mi hijo más grandecito; Mañana algo debe salir, ya toqué todas las puertas necesarias.

Una de esas puertas fue sacar ahorros en moneda digital que tenía y colocarlos en venta en el mercado. Y una de esas puertas se abrió, ¿Y qué creen? Al amanecer de hoy, vi que algunas monedas ya se habían vendido. Por lo tanto, el presupuesto mejoró muchísimo. No se imaginan el alivio.

La rifa y mi niña interior

Lo segundo que les quería contar pasó hoy mismo, saliendo del supermercado. Había como un pequeño espacio donde promocionaban útiles escolares; porque ya estamos en época de iniciar clases, y en todos lados ves promociones de útiles escolares y uniformes, todo para la vuelta a clases.

Entonces estaba yo allí con mis hijos, viendo toda la decoración y el asunto escolar. De pronto veo que hay una rifa, algo sencillo, pero mi niña interior no pudo evitar salir a flote. Recordé mi momento que jamás jugó lo que mis ojos estaban viendo, y dije: Me lo puedo ganar. De inmediato rodé nuestro carrito del supermercado y empecé a gritar las respuestas a lo que estaban preguntando. Un momento muy emocionante, que mis hijos disfrutaron y rieron a carcajadas. Sobre todo, porque gané, y para ser sincera, no sé cómo se juega. De niña, solo miraba como otros jugaban con mucha alegría.

Volver a nacer con ellos

Mis hijos disfrutaron; logramos con éxito todo lo que necesitábamos hoy. Al llegar a casa, por supuesto, los deberes de mamá, cocinar, ordenar, hacer y demás eran primero. Y mis hijos no dejaban de reír porque ni el nombre sé bien del juego o yo lo recuerdo con otro nombre. Claramente, de niña deseaba tanto ese juego en mis manos, que hoy disfruté de principio a fin el día.

Este día me regaló una poderosa lección. La maternidad es agotarse en mil labores, es preocuparse hasta el último detalle por su salud y bienestar, es administrar hasta el último céntimo. Pero también, y sobre todo, es permitirse volver a nacer. Es dejar que esa niña interior salga a flote para reírse con ellos, para jugar, para emocionarse con una simple rifa.

Es renovarnos en la responsabilidad del amor incondicional, creciendo y madurando a su lado, hasta que un día ellos estén listos para hacer sus propias vidas. Y en ese camino, los días que parecen no acabar, a veces son los que terminan regalándonos los recuerdos más perdurables.

Gracias por leerme. ¿Han tenido un día así, donde la preocupación y la alegría se mezclan de forma inesperada?

Imágenes de mi propiedad, tomadas con mi Redmi 10A

Mathias inventing how to do anything with the pieces while Mom cooked

Today seemed like a never ending Wednesday. First, I went to several labs to find out the cost of the tests and ultrasound I'd have to do for Fiorella and little Mathias. Then I went shopping, and finally, I figured out how our winnings really play out.

A Mother's Worry

My daughter's tests are for a 10 day menarche when she was just 10 years old. Just last August, the same thing happened to her, but it only lasted two days. At that time, after the tests, the pediatrician told us the process had barely begun. And Mati's tests are for her constipation. It's time for tests to return to the pediatric gastroenterologist; we've already been on treatment for four weeks. Searching for a good lab with prices that fit our budget was the task of the day, which we finally achieved. Tomorrow, it's our turn to be bright and early.

Unexpected Relief

The funniest thing that happened to us today was two things. The first: until late yesterday, the budget I had for the exams was tight. In addition, we had to go to the supermarket to buy some groceries, plus Mathias's dietary needs, his Milax, which was on its last dose, and refill the four bottles of drinking water we used for the week.

In this area of ​​San Juan de los Morros, regular water service is a total problem; sometimes we go 20 days without water, so we have to use storage tanks and bottled drinking water. Of course, many people choose to pay for a well drilling service, which costs $500 for the entire installation—a distant dream for many.

So, just before going to sleep late last night, I told my oldest son, "Something should turn up tomorrow; I've already knocked on all the necessary doors."

One of those doors was to withdraw my savings in digital currency and put them up for sale on the market. And one of those doors opened. And guess what? At dawn today, I saw that some coins had already been sold. So, the budget improved dramatically. You can't imagine the relief.

The raffle and my inner child

The second thing I wanted to tell you about happened just today, as I was leaving the supermarket. There was a small space promoting school supplies; it's almost back-to-school season, and everywhere you look, you see promotions for school supplies and uniforms, everything for back to school.

So I was there with my kids, looking at all the decorations and school supplies. Suddenly, I saw a raffle going on, something simple, but my inner child couldn't help but emerge.

I remembered my time when I'd never played what my eyes were seeing, and I said, I can win it. I immediately rolled our shopping cart around and started shouting out the answers to the questions. It was a very exciting moment, which my kids enjoyed and laughed out loud. Especially because I won, and to be honest, I don't know how to play. As a child, I just watched others play with great joy.

Reborn with them

My children enjoyed themselves; we successfully accomplished everything we needed to today. When we got home, of course, mommy duties—cooking, tidying, packing, and so on—came first. And my children couldn't stop laughing because I don't even know the name of the game well, or I remember it by another name. Clearly, as a child, I wanted that game so much in my hands that today I enjoyed the day from beginning to end.

Providence arrives and we have quality family time

This day taught me a powerful lesson. Motherhood is exhausting yourself with a thousand tasks, worrying down to the last detail about their health and well-being, and managing every last cent. But also, and above all, it's allowing yourself to be reborn. It's letting that inner child emerge to laugh with them, to play, to be excited by a simple raffle.

It's renewing ourselves in the responsibility of unconditional love, growing and maturing by their side, until one day they're ready to lead their own lives. And along that path, the days that seem endless are sometimes the ones that end up giving us the most lasting memories.

Thank you for reading. Have you ever had a day like this, where worry and joy unexpectedly intertwine?

Images owned by me, taken with my Redmi 10A