Cada elección a favor de nuestro bienestar es un eslabón que se rompe en la cadena de la herencia limitante. Mi misión más sagrada es orientar y enseñar a mis hijos que la verdadera salud es un estado integral de armonía, donde lo que entra por la boca alimenta el cuerpo, y lo que habita en el corazón, nos da la paz para vivir en plenitud. La elección del pensamiento hasta la acción siempre será nuestra.

Cuando leí el poderoso llamado de Damarys en su post: Romper círculos relacionados con la salud recordé los términos de decodificación.

• Además, ese llamado a preguntarnos: ¿Qué estás haciendo hoy para no repetir los patrones de salud de tu familia? ¿Te has resignado a cargar con un destino escrito en tus genes, o estás dispuesto a escribir tu propia historia?

Nos presenta un no solo un panorama sobre medicina preventiva; es una cuestión de crecimiento personal, de valentía y de romper con pactos de lealtad invisible que nos atan al sufrimiento de nuestro clan.

Durante un tiempo, me sumergí en el estudio de la decodificación y otras herramientas de autoconocimiento. Allí descubrí una verdad liberadora. Muchas de las llamadas enfermedades hereditarias no son una sentencia irrevocable, sino, en muchos casos, la manifestación física de creencias, conflictos emocionales no resueltos y patrones de conducta que se repiten de generación en generación.

Aceptar pasivamente un diagnóstico familiar es, en cierto modo, un acto de fidelidad inconsciente.

Es como decir: Pertenezco a ustedes, y por lo tanto, cargo con su mismo dolor. Romper este círculo no es traicionar a tu familia; es honrar tu vida tomando las riendas de tu propio bienestar.

El Poder del Ejemplo: La Historia de Mi Padre y la Ruptura de un Molde

La vida de mi padre es un testimonio viviente de que se puede escapar del guion predeterminado. Criado lejos de su familia biológica en un entorno completamente diferente, no solo se alejó geográficamente, sino que, simbólicamente, se liberó de la carga energética y los hábitos potencialmente dañinos que pudieran existir en su linaje original. Hoy, con 83 años, es un hombre lúcido y activo que no depende de ninguna pastilla.

Su salud es un faro que ilumina mi camino, demostrándome que el destino familiar puede ser reescrito. Su único mal, una testarudez que esconde un corazón temeroso, es un recordatorio de que todos tenemos nuestras batallas internas, pero que estas no tienen que convertirse en enfermedades crónicas.

Su fortaleza física es un legado que va más allá de la genética; es un legado de resiliencia. Aunque su vida estuvo marcada por el esfuerzo físico excesivo y los altibajos, su cuerpo ha respondido con una increíble capacidad de recuperación.

Esto me enseña que, si bien no podemos controlar todas las circunstancias, sí podemos construir un templo interno lo suficientemente fuerte para que, cuando lleguen las tormentas, nuestra estructura se mantenga en pie. Su ejemplo es mi mayor motivación para no dar por sentada la salud y para entender que el bienestar es un acto de construcción diaria, no un regalo o un hechizo al azar.

Construyendo un Nuevo Legado: Alimentación, Paz y la Liberación de las Comparaciones

Mis niños han tenido Hipotensión, por lo tanto las frutas le han dado una estabilidad asombrosa.

En mi hogar, la misión es clara. Criar no solo hijos felices, sino seres humanos libres de las cadenas de la comparación y las enfermedades prevenibles. Por eso, no hacemos dieta; cultivamos una relación consciente con la comida. Entendemos que el alimento no es solo combustible, sino información para nuestras células y un acto de amor hacia nuestro cuerpo.

Agua de linaza y afrecho para mejorar la digestión con las ricas arepitas diarias que nos encantan

- Cada bocado saludable es una declaración de intenciones: Te respeto, te nutro y te libero de la herencia de la enfermedad. Es una forma de amor proactivo, de asegurar que la máquina divina de sus cuerpos esté fuerte y lista para un futuro de paz y equilibrio.

Uno de los pilares más importantes en este nuevo legado es la erradicación de la comparación. Cuando mis hijos llegan con la pregunta: ** Mamá, ¿está bien que mi maestra me compare con...?**, aprovecho para sembrar una semilla de libertad interior. Les explico que compararse es un látigo invisible que siembra inseguridad y ansiedad, emociones que, con el tiempo, pueden minar la salud tanto como una mala alimentación. En nuestra casa, cada uno es único en su esencia y su camino. Fomentar su individualidad es darles la llave maestra para la paz mental, un antídoto potentísimo contra el estrés y las enfermedades que este provoca.

Mi Decisión más Valiente

Pero no siempre fue así. El viaje hacia la ruptura de estos círculos comenzó con una pregunta incómoda: ¿Estoy dispuesta a soltar la comodidad de la queja para abrazar la responsabilidad de una vida saludable?

No se trata de culpar a nuestros ancestros, sino de comprenderlos y, desde ese lugar de compasión, elegir algo diferente para nosotros. Es un acto de amor propio radical que, eventualmente, se convierte en el mayor regalo para las generaciones futuras.

Tu salud no es una lotería genética; es el resultado de las decisiones conscientes que tomas cada día: # Lo que piensas, lo que sientes y lo que comes.

Gracias por leerme hasta el final

Imágenes de mi propiedad tomadas con mi Redmi 10A. Imagen de portada editadas en canva

English Version

Every choice for our well-being is a broken link in the chain of limiting inheritance. My most sacred mission is to guide and teach my children that true health is a comprehensive state of harmony, where what enters the mouth nourishes the body, and what dwells in the heart gives us the peace to live fully. The choice from thought to action will always be ours.

When I read Damarys's powerful call in her post: Breaking Health-Related Circles I remembered the decoding terms.

• Furthermore, that call to ask ourselves: What are you doing today to avoid repeating your family's health patterns? Have you resigned yourself to carrying a destiny written in your genes, or are you willing to write your own story?

She presents us not only with an overview of preventive medicine; It is a question of personal growth, courage, and breaking the pacts of invisible loyalty that bind us to the suffering of our clan.

For a time, I immersed myself in the study of decoding and other self-knowledge tools. There I discovered a liberating truth. Many so-called hereditary diseases are not an irrevocable sentence, but, in many cases, the physical manifestation of beliefs, unresolved emotional conflicts, and behavioral patterns that are repeated from generation to generation.

Passively accepting a family diagnosis is, in a way, an unconscious act of loyalty.

It's like saying: I belong to you, and therefore, I carry your same pain. Breaking this cycle isn't betraying your family; it's honoring your life by taking charge of your own well-being.

The Power of Example: My Father's Story and Breaking a Mold

My father's life is living testimony that it is possible to escape the predetermined script. Raised far from his biological family in a completely different environment, he not only distanced himself geographically but also symbolically freed himself from the energetic burden and potentially harmful habits that might have existed in his original lineage. Today, at 83, he is a lucid and active man who doesn't rely on any pills.

Her health is a beacon that lights my path, showing me that family destiny can be rewritten. Her only ailment, a stubbornness that hides a fearful heart, is a reminder that we all have our internal battles, but that these don't have to become chronic illnesses.

Her physical strength is a legacy that goes beyond genetics; it's a legacy of resilience. Although her life was marked by excessive physical exertion and ups and downs, her body has responded with an incredible capacity for recovery.

This teaches me that while we can't control all circumstances, we can build an internal temple strong enough so that, when storms come, our structure remains standing. Her example is my greatest motivation to not take health for granted and to understand that wellness is an act of daily construction, not a random gift or spell.

Building a New Legacy: Food, Peace, and the Freedom from Comparisons

Mathias eating his breaded zucchini, the process for improving his constipation. In peace, without pressure

In my home, the mission is clear: to raise not only happy children, but human beings free from the chains of comparison and preventable diseases. That's why we don't diet; we cultivate a conscious relationship with food. We understand that food is not just fuel, but information for our cells and an act of love for our bodies.

• Every healthy bite is a declaration of intent: I respect you, I nourish you, and I free you from the legacy of disease. It's a form of proactive love, ensuring that the divine machine of their bodies is strong and ready for a future of peace and balance.

One of the most important pillars of this new legacy is the eradication of comparison. When my children come to me with the question: Mom, is it okay for my teacher to compare me to...? I take the opportunity to sow a seed of inner freedom. I explain to them that comparing themselves is an invisible whip that sows insecurity and anxiety, emotions that, over time, can undermine health as much as a poor diet. In our house, each person is unique in their essence and their path. Fostering their individuality is giving them the master key to peace of mind, a powerful antidote to stress and the illnesses it causes.

My Bravest Decision

But it wasn't always this way. The journey toward breaking these cycles began with an uncomfortable question: Am I willing to let go of the comfort of complaining to embrace the responsibility of a healthy life?

It's not about blaming our ancestors, but rather understanding them and, from that place of compassion, choosing something different for ourselves. It's an act of radical self-love that eventually becomes the greatest gift for future generations.

Your health isn't a genetic lottery; it's the result of the conscious choices you make every day:

What you think, what you feel, and what you eat.

Thank you for reading until the end

Images owned by me, taken with my Redmi 10A. Cover image edited in Canva.