Encajar... Es lo que hoy en día la mayoría quiere. Ya sea en un grupo de la escuela, el trabajo, en la moda, en la música más pegada o en una forma determinada de pensar, olvidando que cada persona es un mundo y que, no necesariamente, tiene que gustarle a todos a nuestro alrededor.
Querer pertenecer a algo o a alguien según estereotipos dejando de ser quien en realidad eres es falta de personalidad y de amor propio. Quien me quiera que me acepte como soy, con lo que tengo para ofrecer, con mis carencias, mis gustos y mis locuras.
Y no han sido pocos quienes se han atrevido a cruzar la puerta a mi mundo interior. Con ellos no he tenido que disimular ni fingir otra actitud que vaya contra mis principios o los de mi familia. Me considero alguien que no teme a estar sola, más bien, disfruto mi soledad. Soy igual en todas partes y con todo el mundo, depende de tí si quieres quererme o no.
Hoy para acompañar este post me dediqué a hacer esos dibujitos extraños que me salen, pero con toda intención para dejar un toque más personal aún.
Reflejan una historia:
Alguien divisa de lejos un grupo de amigos que llevan sombreros de moda, le gustan y por alguna razón (la de encajar) se acerca a ellos llevando un sombrero también.
El grupo no lo aprueba por un motivo que no conocemos (o no le queda, o no cumple con los standards para integrar ese grupo), lo rechazan y entonces esa persona se va muy triste después de lo que le sucedió.
Otro día (o puede ser el mismo), el mismo grupo lleva audífonos inalámbricos (pasando el tiempo en grupo, pero sin conversar). Divisan de lejos a la misma persona que se acercó a ellos en la mañana y se burlan porque lleva audífonos de cable "fuera de moda".
Esta persona jamás tendría oportunidad de ser amigo de ellos, entonces se deprime y se va, por su cuenta a disfrutar de la belleza del paisaje, del perfume de las flores... de las cosas reales que valen la pena y marcan una gran diferencia.
El popular grupo (en esta historia) de antes, al parecer notó la intención del sujeto y que se habían comportado mal (todos sabemos que la música y el silencio ayudan a reflexionar).
Esa persona era feliz con sus flores, lejos de lo usual, cuando los demás se acercan y preguntan que qué hacía allí, a lo que él les muestra la flor, los demás se sorprenden y deciden compartir las flores también.
Reflexión:
No necesitas encajar en el mundo de nadie cuando alguien llegará que va a encajar en el tuyo. Todos somos diferentes y especiales, con múltiples habilidades y talentos. Todos somos buenos en algo y compartimos gustos y preferencias con quienes en realidad debemos estar. No debemos forzar relaciones ni mucho menos perdernos por agradar a otros y que quieran acompañarnos.
En la historia el sujeto no tenía nada que ver materialmente con los del grupo, pero espiritualmente sí, y no sabemos si después de disfrutar las flores finalmente lograron una amistad. Así como los sucesos ocurren por algo, o por algo no ocurren, hay personas que fueron destinadas a estar con nosotros y personas que no deben estar con nosotros también por alguna razón. Fuimos hechos para las personas correctas y otras personas fueron hechas para nosotros.
Y justamente por eso, yo no quiero encajar. Sigo con las personas que me quieres y ellas, mientras me quieran, seguirán conmigo.
Gracias por leer.Con cariño: Vicky ❤️
Fitting in... That's what most people want these days. Whether it's in a school group, at work, in fashion, in the trendiest music, or in a certain way of thinking—forgetting that each person is a world of their own and that we don't necessarily have to be liked by everyone around us.
Wanting to belong to something or someone based on stereotypes, while abandoning who you truly are, shows a lack of personality and self-love. Those who love me should accept me as I am—with what I have to offer, with my flaws, my tastes, and my quirks.
And there have been plenty of people who dared to step into my inner world. With them, I haven't had to pretend or put on an attitude that goes against my principles or those of my family.
I consider myself someone who isn't afraid of being alone—in fact, I enjoy my solitude. I am the same everywhere and with everyone. It's up to you whether you want to love me or not.
Today, to accompany this post, I dedicated myself to making those strange little drawings that come naturally to me—but with full intention, to add an even more personal touch.
They tell a story:
Someone spots a group of friends from afar wearing fashionable hats. They like the hats and, for some reason (the desire to fit in), they approach the group wearing a hat too.
The group doesn't approve for a reason we don't know (maybe it doesn't suit them, or they don't meet the standards to join that group). They reject the person, who then walks away sadly after what happened.
Another day (or perhaps the same day), the same group is wearing wireless headphones (spending time together but not talking). They spot the same person who approached them earlier and mock them for wearing "outdated" wired headphones.
This person would never have a chance to be friends with them, so they become depressed and walk away, choosing to enjoy the beauty of the landscape and the fragrance of the flowers on their own—the real things that are truly worthwhile and make a difference.
The popular group from earlier seems to have noticed the person's intention and realized they behaved poorly (we all know that music and silence help us reflect).
That person was happy with their flowers, far from the usual scene, when the others approached and asked what they were doing. The person showed them the flower, and the others were surprised. They decided to share the beauty of the flowers too.
Reflection:
You don't need to fit into anyone else's world because someone will come along who fits into yours. We are all different and special, with multiple talents and abilities. We are all good at something, and we share tastes and preferences with those we are truly meant to be with. We shouldn't force relationships, much less lose ourselves just to please others and make them want to be with us.
In the story, the person had nothing in common materially with the group, but spiritually, they did. We don't know if, after enjoying the flowers, they eventually formed a friendship.
Just as things happen for a reason—or don't happen for a reason—there are people destined to be with us and people who aren't meant to be with us, also for a reason. We were made for the right people, and other people were made for us.
And precisely for that reason, I don't want to fit in. I stick with the people who love me, and as long as they love me, they will stick with me.
Thanks for reading.
With love: Vicky ❤️
