Hola amigas y amigos de Hive Cuba. Espero todas y todos se encuentren bien a pesar de los de que todos sabemos y no voy a mencionar... 🙂
Como vivo en donde vivo, pocas (o escasas) veces tengo la oportunidad de salir de noche a espacios que verdaderamente valgan la pena. No soy amante del reparto, entonces prefiero quedarme en casa con mis novelas, mi música, mi familia y mi blog. Pero la capital siempre tiene oportunidades para todo. Cuando sientas que tienes deseos de hacer algo diferente y por razones de rutina no puede ser; inténtalo en La Habana y será incluso mejor de lo que esperabas.
Así sucedió cuando, aprovechando que estaba de pasada, coincidió el momento con el concierto de Silvio Rodríguez en la escalinata de la universidad como inicio de su gira por Latinoamérica. Meses antes un buen amigo me había echo la invitación a vernos y yo sin dar nada por seguro afirmé sabiendo que podía presentarse algo que me impidiera llegar, pero la vida jugó de tal manera que todo se fue dando de a poco.
Del recorrido previo...
Antes de poder llegar tuvimos varias dificultades a pesar de haber salido temprano, al punto de pensar que íbamos a tener que regresar a la casa y cambiarnos de traje, pero dice el refrán que mejor tarde que nunca. Llegamos y recién acababa de comenzar. Muchas personas iban también en la misma dirección que nosotros en busca de aquella voz que desde allí, sonaba lejana.
Cuando finalmente logramos llegar hasta donde sucedía todo, vimos un mar de personas. Unas intentando ver, otras coreando a la par del artista y otras saliendo porque supongo no cubría sus expectativas.
Nosotros estábamos bien atrás, y fue difícil lograr llegar a un espacio amplio que había justo en el medio, pero se logró.
Las primeras canciones no las conocía. Entonces me dediqué a observar el panorama. Para mi sorpresa no era la única joven motivada con aquel suceso. Allí habían personas de todas las edades y todas disfrutaban por igual.
Entonces comenzaron a sonar acordes familiares y ahí fue cuando comenzó la diversión. Tanta lírica y melodía en tantas mentes provocó una explosión de alegría y vibras positivas por doquier.
Algunas de nuestras canciones favoritas:
Debe dar tristeza y frío ser un hombre artificial...
El daño que me hiciste se fue por donde vino...
Todo empezó en la sorpresa, en un encuentro casual...
Ojalá se te acabe la mirada constante, la sonrisa perfecta...
Créeme cuando te diga que el amor me espanta. Que me derrumbo ante un te quiero dulce...
Y cuando todo acabó encontré muchos buenos amigos de Pinar del Río también y de la misma Habana.
Lo mejor fue encontrarme con el amigo que me había hecho la invitación. Conversamos poco tiempo porque era tarde y el transporte se pone peor, así que nos despedimos rápido con la promesa de poder compartir en el futuro con más tiempo y sin menos presiones.
Mi papá disfrutó mucho también. Hacía años (según él) que no tenía una experiencia como esa. Y esa también fue nuestra primera experiencia de ese tipo juntos. Nosotros compartimos varios buenos momentos, y creo nos merecemos más, pero los tres, porque mi mamá casi nunca está cuando este tipo de cosas pasan. Nosotros nos hicimos selfies, videos cortos, cantamos juntos, abrazos y mucho pero mucho amor.
Gracias por leer.
Con cariño: Vicky ❤️
Hello friends of Hive Cuba. I hope you are all doing well, despite the things we all know about and I won't mention... 🙂 Since I live where I live, I rarely (if ever) have the chance to go out at night to places that are truly worthwhile. I'm not a fan of partying, so I prefer to stay home with my soap operas, my music, my family, and my blog. But the capital always has opportunities for everything.
When you feel like doing something different and routine makes it impossible; try it in Havana, and it will be even better than you expected.
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That's what happened when, taking advantage of being in the area, the timing coincided with Silvio Rodríguez's concert on the university steps, marking the start of his Latin American tour. Months earlier, a good friend had invited me to meet up, and without taking anything for granted, I agreed—knowing something could come up to prevent me from going. But life unfolded in such a way that everything fell into place bit by bit.
About the journey beforehand...
Even though we left early, we ran into several difficulties—to the point where we thought we’d have to turn back home and change our plans. But as the saying goes, better late than never. We arrived just as the concert was starting. Many people were heading in the same direction as us, drawn by that voice echoing from afar.
When we finally reached where everything was happening, we saw a sea of people. Some were trying to see, others were singing along with the artist, and a few were leaving, probably because it didn’t meet their expectations.
We were pretty far back, and it was tough to reach an open spot right in the middle—but we managed.
I didn’t know the first few songs, so I took in the scene. To my surprise, I wasn’t the only young person excited about the event. People of all ages were there, all enjoying it equally. Then familiar chords began to play, and that’s when the real fun started. So much lyricism and melody resonating in so many minds created an explosion of joy and positive vibes everywhere.
Some of our favorite songs:
"Debe dar tristeza y frío ser un hombre artificial..."
"El daño que me hiciste se fue por donde vino..."
"Todo empezó en la sorpresa, en un encuentro casual..."
"Ojalá se te acabe la mirada constante, la sonrisa perfecta..."
"Créeme cuando te diga que el amor me espanta. Que me derrumbo ante un te quiero dulce..."
And when it was all over, I ran into many good friends from Pinar del Río and Havana as well. The best part was meeting the friend who had invited me. We didn’t talk long because it was late and transportation gets worse, so we said goodbye quickly—promising to meet again in the future with more time and less pressure.
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My dad enjoyed it a lot too. He said it had been years since he’d had an experience like that. And it was our first time sharing something like that together. We’ve shared many good moments, and I think we deserve more—but all three of us, because my mom is almost never around when these kinds of things happen.
We took selfies and short videos, we sang together, shared hugs, and so, so much love.
Thanks for reading.
With love: Vicky ❤️
