¡Hola familia cubana! Espero se encuentren con salud, que es lo fundamental. Si se tiene eso, lo demás puede llegar también.
¿Quién nos iba a decir q nosotros que luego de toda una vida sin mascotas y regla establecida de generación en generación en esta familia, sería en septiembre de 2025 que llegaría una bendición a nuestro hogar? Bien pequeñita, cuatro patitas, blanca y negra (más negra que blanca) y con largos bigotes. Una armonía felina que luego de ciertas caras extrañas de mi mamá, terminaría robando el corazón de todas aquí.
Yo desde pequeña soy alérgica. Se descubrió precisamente luego de jugar con un perrito por toda una hora y regresar a mi casa fatigada y muy mal según mi mamá. Desde entonces aunque me siguieron gustando, tenía prohibido tocarles o verles de cerca a los peluditos. Aunque no se podía ver, existía un límite entre el espacio personal de las mascotas y el mío.
Luego de ser adulta dejé de respetar esa consigna y me empecé a acercar a algunos animales (no a todas, porque ciertos canes me dan pavor) pero otras desbordan exceso de ternura y con esos son con los que juego yo.
Como soy profesora, visito con cierta frecuencia la casa de algunos estudiantes. Me gustaba llegar y que Lara, una perrita pequinés, me recibiera con tanta emoción como si fuera alguien más de la familia. Luna, una perrita salchicha, también se pone feliz al verme. Juego con ambas y estoy bien. Entonces puedo yo tener una también.
Ella no era callejera. Vivía con su mamá y el papá de mi hermanita. Nunca la había visto antes, pero quedé tan encantada con ella que se la pedí y él aceptó que la llevara conmigo. Pero estaba adaptada a correr libre por el campo. Ahora conmigo está en la casa. El primer día estuvo asustada, en un rincón. Hasta que fue saliendo por sí misma y descubriendo la casa con calma y paciencia.
La gatica tuvo varios nombres al principio. Mariana, Catrina y a cada segundo la llamaba por un nombre diferente. Hasta que descubrimos que de sus lugares preferidos para descansar y jugar son los sacos de carbón. Ella entra con sus manchas blancas y sale con ellas grises. Entonces decidí llamarla "Carbonara" 🤭
Ya responde por ese nombre. Ha sido todo un proceso, ya que aquí ninguna tenía idea de cómo era tener una mascota. Cuando llegó tenía miedo de todas y de todo, pero ya camina más suelta y está en todas partes, no huye cuando la cargas ni cuando pasas cerca. Le gusta mucho jugar con las manos y con los pies de las personas, también con todo lo que se encuentra q su paso o haya quedado colgando por error. Toma su leche dos o tres veces al día y siestas por momentos.
Ya ha crecido algo también. Está más larga y más fuerte. Creo que más loca también, porque salta y corre de un lado a otro sin parar. Cuando crees que está justo detrás de tí, resulta que anda por la cocina, y de repente cambia de lugar. No es de los gatitos que maulla insistentemente cuando nos ve comer. Ella se sienta y espera su turno. Ya me sigue por la casa también.
Cuando estoy trabajando en la laptop aprovechando la corriente, siempre sus patitas me hacen voltear hacia abajo, sonreírle y luego seguir. En fin, yo más que feliz con mi gatica "Carbonara" y con lo disciplinada que es (un poco alocada) pero es porque se parece a su dueña 😅. Tenerla ha sido de las mejores decisiones que he tomado en la vida.
Gracias por leer.
Con cariño: Vicky ❤️
Hello Cuban family! I hope you're all in good health—that's what matters most. If you have that, everything else can follow.
Who would have thought that after a lifetime without pets and a rule established generation after generation in this family, it would be in September 2025 that a blessing would arrive in our home? A tiny one, with four little paws, black and white (more black than white), and long whiskers. A feline harmony that, after some initial strange looks from my mom, ended up stealing everyone's heart here.
Since I was little, I've been allergic. It was discovered precisely after playing with a puppy for a whole hour and returning home fatigued and feeling very unwell, according to my mom. Since then, even though I still liked them, I was forbidden from touching or getting close to furry animals. Even if it wasn't visible, there was a boundary between the pets' personal space and mine.
After becoming an adult, I stopped respecting that rule and started approaching some animals (not all, because certain dogs scare me), but others overflow with tenderness, and those are the ones I play with.
Since I'm a teacher, I frequently visit some of my students' homes. I loved arriving and being greeted by Lara, a Pekingese dog, with as much excitement as if I were another member of the family. Luna, a dachshund, also gets happy to see me. I play with both of them and feel fine. So, I thought, I can have one too.
She wasn't a stray. She lived with her mom and my little sister's dad. I had never seen her before, but I was so charmed by her that I asked for her, and he agreed to let me take her with me. But she was used to running freely in the countryside. Now, with me, she's indoors. The first day, she was scared, hiding in a corner. Until she slowly started coming out on her own, exploring the house with calm and patience.
The little kitty had several names at first: Mariana, Catrina, and I called her a different name every second. Until we discovered that one of her favorite places to rest and play is the bags of charcoal. She goes in with her white spots and comes out with them gray. So, I decided to name her "Carbonara" 🤭
She already responds to that name. It's been quite a process, since none of us here had any idea what it was like to have a pet. When she first arrived, she was afraid of everyone and everything, but now she walks more freely and is everywhere. She doesn't run away when you pick her up or when you pass by. She loves playing with people's hands and feet, as well as with anything she finds along the way or that's accidentally left hanging. She drinks her milk two or three times a day and takes naps from time to time.
She's also grown a bit. She's longer and stronger now. I think she's crazier too, because she jumps and runs from one place to another nonstop. When you think she's right behind you, it turns out she's in the kitchen, and suddenly she changes locations. She's not one of those kittens that meows insistently when she sees us eating. She sits and waits for her turn. She also follows me around the house now.
When I'm working on my laptop, taking advantage of the electricity, her little paws always make me look down, smile at her, and then continue.
In short, I'm more than happy with my little kitty "Carbonara" and how disciplined she is (a bit wild), but that's because she takes after her owner 😅. Having her has been one of the best decisions I've made in my life.
Thanks for reading.
With love: Vicky ❤️
