La papisa en el tarot tiene en una mano un libro y en la otra un lápiz, ¿no?
Hay una sensación placentera en el acto de escribir en grafito. Sin posibilidad de definición todavía, apenas han pasado meses desde que volví a hacerlo.
El agarre, la seguridad con que avanza el grafito es formidable, la misma madera debe contener una subjetivación distinta al plástico, metal o tinta. Cualquiera que sea su composición debe transmitirnos algo.
El agarre, la seguridad con que avanza el grafito es formidable, la misma madera debe contener una subjetivación distinta al plástico, metal o tinta. Cualquiera que sea su composición debe transmitirnos algo.
Otra capacidad tremenda del grafito: se puede borrar. Creo que puede contribuir a que tengamos consciencia de la posibilidad de enmienda, en realizar correcciones a las ideas, avanzar sabiendo que se tiene la posibilidad de volver atrás.
Borrar para ejercitar el escribir de otra manera una palabra, una letra. Puede que el grafito afecte fenomenológicamente hasta la forma de la caligrafía.
Otra ventaja: sirve para recordar los olores de la infancia escolar, la sensación de esos tiempos, los juegos, los afectos, la vida despreocupada de entonces. La filiación afectiva debe jugar un papel importante.
Es una manera de salir del espacio de confort estético de la tinta.
La manera en que se ve da cierto aire de sencillez, puede ser una buena vía tomar ese camino. Una especie de objeto maestro, es decir, que nos enseña.
No se han agotado los porqués, más bien la experiencia ha sido muy poca.
Así funciona la escritura: un pozo que vamos llenando de vivencias, estímulos, objetos; la experiencia también implica la experticia por el mero acto de vivir. Qué es la interpelación, el debate, el fuego cruzado de los argumentos sino producto de una práctica constante de la interlocución amena de un ejercicio de artesanía intelectual con tus iguales.
¿O no?.
FIN.
Continuará...
Muchas gracias por vuestra lectura. Nos leemos mañana.
@hipertextual
El collage que acompaña este texto es obra del autor.