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Saludos, estimada comunidad de Hivers de Literatos.
Es un agrado presentarles mi aventura lírica en el Concurso: Poema en prosa o prosa poética en honor al maestro Man Ray.
Entrada al Concurso de Literatos | La Barca del Instante Eterno.
El aire de la habitación se carga de tu piel de nácar, un lienzo donde el silencio se desdibuja y se desgarra. Siento tu carne encendida, mis labios se rinden, y mi garganta, sedienta, ansía el dulce licor de tu seno. Mis dedos, albatros blancos, despliegan sus alas sobre la sábana de tu piel, inmaculada.
El perfume de tu gardenia fragante, está inmóvil en mi nariz. Me acerco con la punta de los dedos, y desde tu hueso sacro, los pulgares abren un camino de fuego. La habitación se hace tuya, presencia eterna de mujer sutil.
Me embeleso con la fuente que derrama tu néctar vaginal, el torrente furioso del placer que amasa en nuestra boca el beso que necesitamos. Tus ojos, carnosos como una fruta madura, con la luz acrisolada del sol, me capturan el alma.
El amor, eterno y silente, se vuelve la concha de nácar que guarda el eco de nuestro retozo. Nos divertimos sobre el tálamo de ébano, y me embalsamas con la pureza inmanente de tus entrañas.
La pasión me aturde, el eco de las olas rompiendo en la orilla se me vuelve un canto de sirena. La brisa marina, abanico de melodías, te adormece, y en su murmullo, nos invita a la bahía recóndita, donde tu hermosura, blanca como la espuma, podrá al fin desprenderse de su gentil fatiga.
Entreguémonos a la muerte con altiva pompa, sin temer al olvido en esta orilla, o al cruel destino de ser desgastados, sudorosos y salados. Que esta bahía sea nuestro nicho de lo real, de lo posible.
Y que lo sagrado y lo profano se fundan para siempre en la barca de ébano y nácar. Impulsados por la marea, navegaremos hacia la tierra donde germina la luz del instante y la eternidad de tus besos.
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Greetings, dear community of Hivers de Literatos.
It is my pleasure to present my lyrical adventure in the Contest: Prose Poem or Poetic Prose in Honour of the Master Man Ray.
The air in the room is charged with the memory of your mother-of-pearl skin, a canvas upon which silence both blurs and tears. I feel your burning flesh; my lips surrender and my thirsty throat craves the sweet nectar of your breast. Like white albatrosses, my fingers spread their wings over the sheet of your immaculate skin.
The scent of your gardenia lingers in my nostrils. I approach you with my fingertips and, starting at your sacrum, open a path of fire with my thumbs. The room becomes yours, the eternal presence of a subtle woman.
I am entranced by the fountain spilling your vaginal nectar; the furious torrent of pleasure kneading the kiss we need in our mouths. Your fleshy eyes, like ripe fruit bathed in sunlight, capture my soul.
Eternal and silent love becomes the mother-of-pearl shell that holds the echo of our frolic. We play on the ebony bed and you fill me with the imminent purity of your insides.
Passion stuns me; the sound of the waves breaking on the shore is like a siren's song. The sea breeze, a fan of melodies, lulls you to sleep and, in its murmur, beckons us to a secluded bay where your beauty, white as foam, can finally rest.
Let us surrender ourselves to death with haughty pomp, fearing neither oblivion on this shore nor the cruel fate of being worn down, sweaty and salty. Let this bay be our niche in reality, in possibility.
May the sacred and the profane forever merge in the ebony and mother-of-pearl boat. Driven by the tide, we will sail towards the land where the light of the moment and the eternal glow of your kisses flourish.
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Boa Vista, Brasil, 14 de agosto de 2025.
