Lo que me hace sentir la geografía de mi tierra
La sal del mar nutre mi alma y cura todo mal
mientras las olas se llevan la negatividad,
como la espuma nace mi creatividad,
para hacer brillar cual sol que me ha de iluminar.
En las montañas encuentro la paz
ese oxígeno que me hace respirar,
sus cimas me llenan de humildad
al ser tan pequeño entre tanta inmensidad.
En la selva encuentro cosas que jamás he de localizar en la tormentosa ciudad,
que por vanidad se ha olvidado de amar lo natural,
eso que no necesita filtros para poder resaltar;
tan profunda que pareciera sin fin,
tan misteriosa que le temerás descubrir,
pero que una vez en ella, no te querrás ir.
El desierto me recuerda que a pesar de llegar a sentir soledad
siempre hay alguien en quien contar,
que te puedes cansar de tanto caminar,
y mientras te hundes tienes que luchar hasta el final,
lo material se vuelve arena cuando tu viaje se ha de terminar .
La corriente del río me arropa hasta no sentir frío,
sus caudales me llevan a lo desconocido,
libre me siento cuando en sus aguas me encuentro sumergido
unos turbios o serenos,
rodeados de bosques sin frenos,
pero siempre con la particularidad de nunca saciar mi sed y querer volver.
Sentir la nieve como azúcar que endulza mi vida,
mientras se desvanece se me olvida alguna ira,
y es en lo los llanos que se nubla mi mente
al son de una tonada de Tío Simón,
que te hace sentir lo efímero y susurra tu corazón:
¡Ser Venezolano es una bendición!
Poema By Ignacio Araujo
Foto-montaje de mi autoria, con diversos escenarios de Venezuela
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¿Eres Venezolano? ¿Es para ti una bendición esta tierra?