De Amor y Locuras

Recuerdo que mi primer amor, llegó cuando estaba muy, muy joven, puedo reconocer que el amor es un sentimiento universal, todos en algún momento los experimentamos, el amor inicia cuando apenas somos infantes, justo en ese momento cuando sentimos el primer cariño de nuestros padres y el mismo es retribuido, este decimos que es un amor sincero, en la adultez conocemos el amor romántico, ese que puede convertirnos en alguien más. En nuestra infancia aprendemos que el amor, tiene un millón de formas, la primera y más importante es el amor familiar, nuestro primer motor, nuestra casa de enseñanza, recordemos cuando nuestros padres nos abrazaban con fuerza cuando estábamos pasando un mal día, cuando el día estaba maravilloso, cuando celebrábamos a punto de llanto el hecho de haber logrado nuestros sueños, un amor incondicional, ese que nos enseña estando tan pequeños que debemos crear vínculos profundos con quienes amamos, el amor de niños, es el más sincero, dulce y puro, un amor inocente y sin maldad. No nos quedamos pequeños, crecemos y a medida que vamos haciéndonos mayores, el amor romántico nos toca la puerta, entra tan rápido, tan apasionado y tan abrumador, que es capaz de llevarnos a la locura, una que quizás nunca hubiese pasado por nuestra imaginación. El amor puede ser irracional, eso lo viví en la adolescencia y lo volví a experimentar cuando mi hija mayor se enamoró, y si, amar nos hace loco, el amor nos vuelve tan locos para llegar al término de escapar de casa sin llevar nada, sin medir las consecuencias de nuestros actos y sobre todo sin pensar que las consecuencias pueden ser catastróficas. El día de ayer, viendo a la hijita de mis vecinos pegadísima de su abuelo de corazón, y pidiendo abrazos, abrazos, y más abrazos y volvió a mí la misma pregunta: —¿Existe un límite para el amor? — y cada año tiene una respuesta diferente, lo he preguntado entre mis conocidos, algunos dicen que el amor no tiene límites, dicen que podemos amar a varias personas al mismo tiempo sin que eso signifique que amamos más o menos a cada persona, los amamos a todos por igual, pero, esta idea puede ser un poco problemática, ahorita mi compadre se encuentra solo, el hecho de no tener compañía no quiere decir que no sepa amar, ama a sus dos hijos con su alma, pero siempre se ha encontrado atrapado entre dos amores, la madre de su primer hijo y la madre del segundo, con las dos tenía una conexión profunda, pero a pesar de tanto amor, era consciente de que su situación causaba dolor, justo aquí vuelve una pregunta que una alguna vez en la vida nos hicimos, cuando estábamos adolescentes: —¿Se puede amar a dos personas sin herir?, y tras darle tantas vueltas, y amando a las dos, tuvo que elegir con quien quedarse, y por no darle más valor a una que otra, las dejo ir, dejo que cada una encontrara su felicidad, sin él, sacrificar aunque es doloroso, enseña que el amor posee mucha fuerza, y con toda su magia y fantasía, a veces es importante tomar decisiones que hieren, cuando somos maduros entendemos que podemos renunciar a nuestra felicidad por alguien a quien amamos, porque sabemos por antelación que con nosotros no va a hacer totalmente feliz.  El amor abruma, puede abrumar tanto que es más fácil renunciar a nuestra felicidad por un poco de tranquilidad, renunciar con tal de que la persona que amamos sea feliz, y rompemos un corazón, y nos mancillamos con las preguntas, las ideas y las suposiciones, ¿vale la pena romper nuestro corazón una y mil veces? El amor hace que la alegría emane de nuestro interior, aprendemos a compartir las risas, los momentos íntimos, y tener conexiones emocionales invaluables, no obstante, también puede traernos sufrimiento, cuando se ama tanto, que el amor de tu vida te rompe el corazón una y otra vez, es momento de dejar pasar el amor, terminar con el sueño y dejar ir a ese que nos llevaba al cielo, pero también nos apuñalaba el corazón, porque ante de dar mucho amor a los demás, el amor más importante que debemos regar y cuidar, es el amor hacia nosotros. Aprendamos a no confundir afecto con amor, el cariño lo sentimos por las personas que nos rodean, los amigos, los compañeros de trabajo y uno que otro conocido este afecto puede ser profundo y significativo, pero no siempre es amor romántico, aprendamos a diferenciar el sentimiento del afecto con el del amor, evitemos malos entendidos y confusiones, cosa que mi compadre aprendió después de viejo. Saben, hay quienes discuten contigo y te sostienen que el amor es ilimitado, podemos amar a todos los que nos rodean sin restar carga emocional o sentimental hacia nuestra pareja o familia, dicen que el amor no se agota, más bien se multiplica, el amor no es ilimitado es abundante, pero debemos reconocer cada tipo de amor, pues no todos son iguales. Creo que fue un cante que dijo que el #amor es una magia, pero yo sé que es un sentimiento muy complejo, puede llevarnos a la locura o a hacer locuras, a tomar decisiones difíciles, a amar y dejarnos amar, como también a renunciar, renunciamos porque somos conscientes de nuestros actos, amar carga de emociones positivas y mucha felicidad, al igual que puede doler, las dos con la misma fuerza y la misma violencia, y si me preguntan, yo pienso que si vale la pena, la vida, vale la pena arriesgarse, abrir el corazón una y mil veces, solo por el sencillo hecho de experimentar ese sentimiento tan único, tan fuerte y tan abrasador como lo es, el amor, porque al final de cada día, el amor es lo único que le da sentido a nuestras vidas y nos conecta de formas únicas con los demás.