Ante todo, espero que hayan tenido un hermoso y próspero fin de semana, y un excelente inicio de esta con la entrada del mes de junio, que espero de todo corazón esté cargado de éxitos y bendiciones para todos.
El día de hoy es para hacer un breve análisis, porque, aunque queramos correr y escondernos, tomar el primer vuelo y no volver, no podemos evitar a ningún costo las responsabilidades que conlleva, ser, estar y formar parte de este vasto mundo.
Las responsabilidades son las obligaciones que elegimos o que nos impone un tercero a los cuales debemos responder, a todos nos toca o nos ha tocado en cualquier etapa de nuestras vidas hacernos responsables de algo o de alguien, sin importar la edad y sin importar las excepciones, somos responsables de algo que para otro es importante, aunque a veces para uno no lo es.
Para mantener el equilibrio en la vida y sobre todo cuando se vive en comunidad, es relevante, tener responsabilidades, sí, porque ellas implican asumir las consecuencias de nuestras acciones y nuestras decisiones. Nos enseña a actuar de manera consciente. Existen diferentes tipos de responsabilidades y cada una depende de cada persona.

La primera responsabilidad y la más importante es la personal, solo de nosotros depende nuestro cuidado personal y el desarrollo individual; la higiene, el estudio, la salud, dependen de nuestra organización y dedicación. Están también las responsabilidades de la casa y las que tenemos con la familia: ayudar en las tareas, cuidar de los niños y las mascotas, apoyar a los miembros que conforman dicha estructura familiar.
Las responsabilidades académicas y laborales se basan en el cumplimiento de horarios, entrega puntual de proyectos, actitud y esfuerzo; desde pequeño nos educan con este valor como eslabón importante para nuestro desarrollo personal; se centran en enseñarnos que a través de ellas nos volvemos personas más confiables las cuales si se proponen alcanzar una meta, las cumplen, saben, con todo esto que nos enseñan o nos tratan de enseñar, se nos escapa algo igual de valioso.
No sé ustedes, pero, a mí a veces se me hace un poco difícil la responsabilidad, a veces lo único que quiero es huir.
¿Por qué huimos a las responsabilidades, sin importar la edad?
Desde pequeños nos enseñan sobre el miedo, y saben la mayoría de las veces cuando le huimos a las responsabilidades es por miedo al fracaso. Asumir responsabilidades implica arriesgarse, y el temor a no cumplir o equivocarnos puede paralizarnos, mi sobrino, el día de ayer no presentó un examen porque tenía miedo a reprobar, afortunadamente con todo y el miedo tuvo la responsabilidad de hablar por él y la docente pospuso la evaluación porque todos alegaron lo mismo.
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Huimos por falta de motivación, porque muchas responsabilidades se aglomeran y nos asfixian, a veces porque carecemos de disciplina, no establecemos una rutina o un cronograma, sino que nos dejamos envolver por la procrastinación, les digo algo huir a veces se hace porque necesitamos a toda costa un poco de libertad, porque para disfrutar la vida y los momentos, es más divertido, más rico cuando no hay cargas ni compromisos.
Recordemos algo, las responsabilidades son inevitables y esenciales para mantener el equilibrio personal y el que tenemos con la sociedad, huir es una reacción humana normal, el propósito es saber asumir haciendo uso de la consciencia y sin perder la organización, nunca olviden que ser responsables no significa renunciar a la libertad.
La libertad surge cuando asumimos nuestras obligaciones con valentía y equilibrio, permitiéndonos crecer, aprender y vivir plenamente sin sentirnos esclavos de nuestros compromisos.

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