Feliz y bendecido inicio de semana, estuve un poco ausente, creo que la situación económica, más las conversaciones que sostienen familiares y amigos me han hecho reflexionar un poco, existe una realidad más allá de la economía, el desarrollo o la justicia social, la cual es parte de nosotros nos ha pasado o conocemos a alguien que paso por eso o está pasando por eso.
La esposa de mi hijo fue parte de esa pequeña población, ¿conocen la famosa mano de obra barata? No lo tratemos como objeto indirecto, tratémoslo cómo lo que es, la mano de obra barata son trabajadores como cualquier otro, la diferencia es que el pago de su salario es mucho menor que un salario, son personas que desempeñan labores que no requieren especialización en el área o una carrera certificada, entre esas labores está la popular agricultura, la mano el trabajo de servicio doméstico, muy pocas veces en el área de construcción y un sinfín de labores.

Mi madre contaba, y sigue contando, que la realidad de la mano de obra barata influye en el desarrollo del país, mientras más trabajadores, más posibilidad de trabajo, mejor gestión, atracción de inversionistas, reducción de costo, en la parte financiera son oportunidades para que la empresa o el dueño del lugar de trabajo impulse sus ganancias, pero quien habla del empleado. Mi madre cuando salió del pueblo llego directo con unas amigas para trabajar en una textilería en la ciudad, tenía un salario como cualquier otra de sus amigas, no sabía coser en máquina, pero, se encargaba de realizar los patrones en la tela para ser cortados, el trabajo era cansado y pesado, tras inconvenientes en la textilería, todos fueron despedidos porque la situación país estaba ruda, sus amigas consiguieron trabajo en una fábrica y mi madre no, por no saber coser, pero, consiguió trabajo en casa de familia, los primeros años no fueron fáciles, después de tres años cuando se reencontró con sus amigas en una plaza, estas le dijeron a mamá que renunciara, porque en ese trabajo no tenía libertad, mi madre les respondió muy realista y aún lo sigue contando.
Sus amigas trabajaban en una fábrica con otros mil empleados más o menos, cobraban menos de salario estipulado para la época, lo poco que ganaban era para cubrir calzado, vestimenta, comida, transporte, pago de alquiler y si quedaba algo de dinero se lo enviaban a sus familias en el campo, mi madre vivía en casa de familia, cobraba un salario similar al de sus amigas, a diferencia, que no pagaba transporte, mucho menos comida, solo gastaba en ropa y zapato, trabaja quizás más que las amigas porque tenía que limpiar, lavar, cocinar y hacerse cargo de 5 niños cuando ella solo tenía 19 años.

Saben algo esta realidad de la mano de obra barata, es común en todos los países, en la actualidad sigue muy presente, tengo conocidos que están fuera del país, llegaron a lugares donde la economía está mejor que aquí, cobran menos del salario que está estipulado y están haciendo algo que nunca hicieron en su país, trabajar la tierra, muchos piensan que el trabajo del campo es denigrante inferior o poco prestigioso, estos casos son los que le dan la oportunidad a los extranjeros de trabajar.
Muchos extranjeros se ven impulsados a trabajar en tierras ajenas, llegan a un país desconocido buscando mejores oportunidades económicas, se elige ser mano de obra barata porque en sus países natales dejaron #familias que necesitan de ellos económicamente, el trabajador se ve ante una realidad un poco dura, enfrentan desafíos significativos, largas horas de trabajo, falta de derechos laborales, temor a perder su empleo, y esto es solo algunas de las dificultades que enfrentan diariamente.
Son muy pocos, pero, sé de fuente, también manos de obras baratas, que existen personas que realizan su trabajo con pasión y dedicación, mi mamá amo cuidar de esos cinco niños, que, aunque ya están grandes y tienen nietos, siguen llamando y le dicen mamá, siempre le puso mucha dedicación para mantener su lugar de trabajo, su hogar por muchos años limpio y organizado, para muchos, el trabajo no solo es una fuente de ingresos; es una forma de contribuir a la sociedad.
Pocos entienden que nunca se pierde, o casi nunca se pierde, empleos mal remunerados, tiene sus cosas positivas, se adquiere experiencia laboral y habilidades que pueden ser útiles en el futuro, estos empleos son oportunidades de una en un millón para salir adelante económicamente, aunque no duren mucho. No es mentira que muchos trabajos solo sirven para vivir el día a día, a veces no se tiene acceso a servicios básicos, no se puede acceder a atención médica, a veces se ven ante la explotación o en condiciones muy abusivas.
La mano de obra barata va más allá de un concepto económico, es la lucha de la persona que quiere salir adelante, es el rostro de un ser humano poniéndole entusiasmo a la vida, superviviendo, aunque a veces las fuerzas no alcanzan y las ganas murieron, cada salario reducido es un sacrificio por conseguir el pan de cada día, los obstáculos, los desafíos, la precariedad y la fuerza de voluntad, hablan de la resiliencia del ser humano, la mano de obra barata no es una acción, es una persona, aprendamos a referirnos a ellos como lo que son, gente que lucha día tras día, es la persona que sin importarle que tan complicado este su vida, se levanta temprano, se pinta una sonrisa en la cara, mientras lleva mil curitas en el corazón, va y trabaja, quizás desde el renglón más bajo de la pirámide, pero no tiene miedo de ensuciarse o de romper sus manos, lo único que quiere es construir sus cimientos y nunca soltar su #humildad y sus sueños.

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