Mi mamá llevaba varios días con ganas de salir a comer algo rico, de esos antojitos que no se preparan en casa todos los días. Ya saben… pizza, espaguetis, algo fuera de lo cotidiano. Y hoy, domingo, con apagón anunciado al mediodía, pensé: ¿y si aprovechamos para hacer algo distinto?

Así que me puse en modo búsqueda: quería un lugar bueno, bonito, no tan caro y que aceptara transferencias, porque conseguir efectivo últimamente es una odisea. No me tomó mucho tiempo recordar un lugar que nunca falla: Bar Cafetería Luna. Es de esos sitios a los que siempre vuelves porque sabes que vas a salir contenta.

Llegamos justo antes del apagón. El lugar, como siempre, con buen ambiente y atención rápida. Pedimos unas bolitas de queso para empezar, y… wow. Crujientes por fuera, con el queso bien derretido por dentro y una salsita de piña que combinaba perfecto. Mi mamá ya sonreía como quien sabe que tomó la decisión correcta.

Luego vinieron las pizzas: una napolitana para ella y una de vegetales para mí. Las hacen al carbón, con masa suave y ahora tienen una promo de doble queso que fue como la cereza del pastel. Las dos estábamos más que felices con lo que teníamos frente.

Yo acompañé la mía con un jugo de manzana bien frío, mientras mi mamá prefería centrarse en su pizza (sabia decisión). Pero lo mejor de todo fue algo inesperado: ¡un jueguito nuevo en la pared con un cronómetro y un botón! La idea es apretarlo justo a los 10 segundos exactos y, si lo logras, te ganas una pizza gratis. Mi mamá y yo lo intentamos, fallamos (por poco), pero nos reímos tanto que ya solo por eso valió la pena.

Pasamos un almuerzo divertido, sabroso, sin el calor del apagón y con ese gustico de haber compartido algo simple pero especial. La única espinita fue que no tenían café… y yo, que soy adicta sin remedio, tuve que salir a buscarlo después. Pero eso ya es otra historia que les contaré en otro post.

Por ahora me quedo con el recuerdo de este domingo: buena comida, mejor compañía, y la certeza de que a veces lo sencillo también se siente como un pequeño lujo.

English Version

My mom had been wanting to go out and eat something tasty for days. One of those cravings you don’t usually satisfy at home. You know... pizza, spaghetti, something out of the ordinary. And today, Sunday, with a power outage scheduled for noon, I thought: why not take the chance to do something different?

So I went into search mode. I wanted a good place, nice, affordable, and most importantly, one that accepted bank transfers, because getting cash these days feels like going on a treasure hunt. It didn’t take me long to remember a place that never fails: Bar Cafetería Luna. One of those spots you keep going back to because you know you’ll leave happy.

We arrived just before the outage hit. The place, as always, had a cozy vibe and quick service. We started with cheese balls and... wow. Crispy on the outside, with perfectly melted cheese inside and a pineapple dipping sauce that paired beautifully. My mom was already smiling like someone who knows they made the right choice.

Then came the pizzas. A Napolitana for her and a veggie one for me. They’re cooked over charcoal, with a soft dough, and they currently have a double cheese promo that was just the cherry on top. We were both more than satisfied with what we had in front of us.

I had mine with a cold apple juice, while my mom wisely focused on her pizza. But the best part was something totally unexpected. A little wall game with a timer and a button. The idea is to press it exactly at 10 seconds, and if you nail it, you win a free pizza. My mom and I gave it a try. We missed it (just barely), but we laughed so much that it was worth it anyway.

We had a fun, delicious lunch, escaped the heat of the power cut, and enjoyed the simple joy of sharing something special. The only tiny letdown? They didn’t have coffee... and as a self-confessed coffee addict, I had to go find one elsewhere. But that’s another story I’ll share in a future post.

For now, I’m holding onto the memory of this Sunday. Good food, even better company, and the sweet reminder that sometimes, the simple things can feel like a little luxury.

Source:

The cover was made on Canva.
All the photos are taken and edited by me on Snapseed.
English is not my native language, I apologize if you find any mistakes in the translation.
Translated with DeepL.com (free version)

Domingo de pizzas [ESP-ENG]

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