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Así como las piedras se encuentran rodando, nos encontramos hoy Odalys y yo. Llegué temprano al teatro. En casa no tuve tiempo ni corriente para hacer café y como soy nuevo en el entorno del Teatro Virgilio Piñera, pregunté donde podía tomarse uno un buen café. Me dijeron que allí, justo al lado del teatro, en los altos de una casa… Subí, con esa energía que trae uno de la cotidianidad. Subí con ese pensamiento permanente de que esto ya no hay quien lo resista. Le pedí dos cafés. Me entregó la carta y cuando vi los precios me pareció mentira. Dudé. Volví a mirar. Seguí sin creerlo. Un expreso costaba 25 pesos y un café bombón ( con leche condensada, galleta María y bombón de chocolate costaba 150 pesos. Estamos hablando de moneda nacional.) Le pregunté si la carta estaba bien, si ella estaba actualizada y si por alguna razón aquellos precios se referían a la moneda en la que cobro mi salario. Y se echó a reír. Me dijo: “Claro que sí, yo no abuso. Yo ayudo a la gente. Puedo y quiero”. Me cambió el día. Y más cuando comprobé la calidad de los productos. Ahí nos pusimos a hablar. Por aquellas coincidencias del universo, advertimos que desde hace meses nos estábamos buscando. Ella y yo. Sin conocernos. Unos amigos le habían recomendado mis servicios como escritor para un proyecto personal. También me lo habían comentado pero yo, envuelto en tantos temas a la vez, había pospuesto la primera cita con la desconocida. Y hoy, sin saberlo ni ella ni yo, estábamos frente a frente. Nos dimos abrazos, nos erizamos. Dijimos “Ashe”. Y dimos gracias al universo por hacernos coincidir de esta manera. Hice el cuento en el ensayo. El cuento de cómo lo que uno persigue logra encontrarte de “casualidad”. Y después del ensayos nos fuimos todos a tomar ese café exquisito y de precio impensable en este contexto. Llegaron amigos, Odalys sacó una botella de “Mamajuana”, una bebida dominicana y nos contó entre risas y lágrimas algunos pasajes de su historia personal. No me hizo falta nada más para quererla mucho desde hoy. No me hará falta mucho más. Porque esa energía que ambos tenemos nos ha hecho coincidir por alguna razón del universo. Por ahora, les invito a llegarse ahí, pedirse un café y sentir cómo un solo ser humano es capaz de emitir una energía tan blanca y transformadora que es capaz de cambiar tu día. Suba la loma de Calle Retiro y llegue hasta Ébano Monterrey en la #115. Justo al lado del Teatro Virgilio Piñera. Ya comprobará todo lo que le digo. Por hoy le dejo esta sentencia: “Todo lo que persigues, te encuentra. Ahí donde pones tu atención, podrás lograrlo todo.” Las imágenes utilizadas en la publicación son de mi propiedad tomadas con mi móvil Xiaomi. Traducción al Inglés por [Deepl Traslate](https://www.deepl.com/mobile-apps/?utm_source=android&utm_medium=app&utm_campaign=share-with-friends). Puedes encontrarme en los siguientes perfiles de redes sociales: [Twitter](https://twitter.com/capote_iran?s=09), [Instagram](https://instagram.com/irankpotter?igshid=NTc4MTIwNjQ2YQ==).
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