Avivando los sentidos
Todo de ti lo dijeron las estrellas en tus ojos Cada noche iluminando mi camino a casa Guiándome de la mano Con dulces toques de brisa entre los dedos Y murmullos de bienvenida en los oídos.
Tu olor fue de frutas rojas y brillantes Con la melancolía del fuego Encendiendo la cocina cuando hablabas Mermelada de miradas silvestres Aromada con clavos de olor y dulces palabras.
Tu tacto como roce de hormigas hambrientas Siguiendo el camino del almíbar Inundaron las noches sedientas Como niño jugando a las escondidas La alegría del encuentro con las manos encendidas.
Poema: Irene Navarro (2025)
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