El árbol de navidad vuelve a mi casa
Imagen propiedad @lanzjoseg
Cuando era niña por un largo tiempo me emocionaba la idea de tener un árbol de navidad, hasta que un día mi mamá compró uno, este era de pequeño tamaño, media un poco más de un metro pero yo estaba sumamente feliz, poco a poco cada año le íbamos agregando nuevos adornos, para mi era importante porque mi cumpleaños es el 27 de noviembre entonces le pedía a mi mamá que pusiéramos el arbolito en mi cumpleaños.
Cuando fue mi cumpleaños número diez, recibí varios peluches de regalos, por parte de mi mamá y de mis tías, casualmente todo estos peluches eran navideños, recuerdo muy bien a un peluche de oso polar blanco con un regalo en sus manos, un oso que tenía una bota navideña también en las manos y otro oso que tenía toda una pijama roja y de gorro de navidad, decidimos a partir de entonces colocar esos peluches navideños en la parte abajo del árbol, cada año como una especie de tradición.
Sin embargo, a mi la navidad realmente no era algo que emocionara , si decir, en mi casa me enseñaron que me podían dar regalos mis padres siempre que ellos pudieran y hasta yo misma iba a escogerlos, no me mintieron y agradezco eso, pero por otro lado cuando crecí perdí la emoción por el árbol, veía que era algo que realmente no hacía ninguna diferencia, además yo empecé a ver el lado consumista de la navidad como algo muy negativo, sobre todo cuando empezó la crisis del país, entonces no le insistí más a mi mamá por poner el árbol y mi mamá también perdió el interés, hasta que en una navidad cuando mi hermana mayor ya tenía a su hija, mi mamá le regaló el árbol a su nieta con todo los adornos incluyendo mis peluches que tienen 23 años actualmente.
Cuando mi mamá regaló el árbol, lo único que me dolió un poco fue los peluches, no le di importancia a que no quedáramos sin árbol de navidad en la casa, pero el destino a veces nos tiene preparadas grandes sorpresas, la primera es que yo tuve a mi hijo, aunque también le enseñé que soy yo la que compra los regalos, desde que él tuvo edad para ver televisión y caricaturas, le ha encantado la navidad , los adornos y todo los relacionado.
Pasaron los años y cada año mi hijo se emocionada más con la navidad, sobre todo desde que empezó a ir a la escuela, hoy mi hijo tiene 7 años, acude al segundo grado de primaria y este año he comprado un árbol navideño para decorarlo con él, cambiando por completo mi forma de ver las cosas, es decir sigo en contra del consumismo, pero un árbol para mi hijo significa la oportunidad de guardar bonitos recuerdos , así como yo viví aquellos bellos momentos en mi infancia al poner el árbol tantas veces.
Puedo decir entonces que, este año 2022 el árbol navideño vuelve a mi casa, lo disfrutaré todo el tiempo que pueda con mi hijo y aunque una decoración navideña no cambiará nuestras vidas, puede traernos alegría, ese sentimiento tan bonito que muchas veces tenemos presente en la niñez pero que a medida que crecemos se va disipando debido a la preocupaciones de la vida adulta.
Esta es mi entrada al concurso TopFiveFamily Observa Piensa Escribe. Invito a participar a @tsunsica