Hola amigos de #Greenzone
Hablar de familia en esta comunidad es como hacerlo en casa. Hoy estuve haciendo el árbol genealógico junto a mi madre.
Y es increíble como de este tronco que es ella brotan tantas ramas. Jorgito es uno de los retoños más pequeño y afortunadamente está muy cerca de nosotros.
No es oculto para nadie que en la tercera generación, los rasgos parentales se diluyen, pero no desaparecen si esos lazos se sostienen con amor y dedicación. La diferencia generacional se observa en la forma de proceder según la crianza y los patrones sociales, sin embargo si la familia ha sido unida esas enseñanzas replican en la manera de organizar la educación de cada individuo.
La generación de mis sobrinos no cría como le enseñaron sus padres, sino que elige, consciente o no, aquellos hilos afectivos con menos ataduras e incorporan reglas sociales que a veces no son beneficiosas, como permitir que los niños contesten a los mayores, duerman tarde, vean programas con temas inadecuados y otros detalles. La crianza se convierte así en un acto de conservación y reinvención.
La familia es el primer mundo que un niño habita. Su propósito no es solo ofrecer techo y alimento, sino construir el suelo afectivo desde donde explorará todo lo demás. Es en este núcleo donde aprende, sin palabras, qué es la confianza y la responsabilidad.
Los mayores somos consentidores, en ese árbol cuyo tronco es mi madre, todas las ramas han brotado y florecido menos mi hermano menor y yo, pero no hemos sido privados de el amor de las nuevas ramas.
Y hoy mientras acompañaba a Jorgito a su Circulo Infantil, porque su madre esta enferma, sentí el privilegio de estar cerca y ser útil. Además de escuchar lo que desde su mundo infantil brota con ingenio y suspicacia. Él me dijo que no quería ir porque los niños no son buenos y me le dije que él debía portarse bien porque él también le hace cosas que a ellos les parece mal. Me contestó: cállate tú. Y aunque no me parece bien esa respuesta, me sonreí y cambié de tema porque evidentemente extrañaba a su madre.
La familia siembra las semillas de la seguridad emocional; es el espejo inicial donde el niño se reconoce valioso y amado. Su verdadera función es ser puerto y trampolín a la vez: el lugar seguro desde donde tendrá la confianza para lanzarse a vivir.
En mi familia no es común que ninguno conteste a los mayores, pero él sí. La lógica detrás de que los hijos repitan patrones familiares es simple: el hogar es su primer y más intenso modelo de realidad. Allí, el cerebro en desarrollo absorbe, sin filtros, las formas de resolver conflictos, de expresar cariño o de manejar la frustración, pero van creando su propia personalidad.
Estos comportamientos no se aprenden por lecciones, sino por imitación y repetición; se convierten en el guion inconsciente de la vida. Y le hice ver a mi madre cúan diferentes genéticamente son los nietos y bisnietos. Aunque ha existido una manera natural de aprender a internalizan lo que ven porque es una referencia constante y presente.
Cada miembro de la familia cumple un propósito espiritual único, ser espejo, maestro o sanador en el camino del otro. A través del amor y el conflicto, estas relaciones nos desafían a crecer, enseñándonos lecciones profundas de paciencia, perdón y aceptación incondicional.
A pesar de formar parte del árbol familiar, a individualidad hay que respetarla, Jorgito vino como un regalo un 6 de enero para sanar y alegrar a nuestra familia. Tenemos la misión de educarlo pero no apagarlo. Sus primeros rasgos aparecieron alrededor de los dos años, con ese no quiero rotundo que afirmaba una voluntad propia. Es el despertar del yo auténtico.
El hecho que aún siendo diferentes, se mantengan apegados a la familia, es un signo de trabajo donde el mejor y más infalible ingrediente es el amor y el respeto.
Luego, en la adolescencia, ese germen florecerá en una búsqueda consciente, así ha pasado con Lexi y Lia ya adolescentes, pasó con su madre Lisa en un transito difícil. Gustos musicales, estilo propio y cuestionamientos definen una identidad única. Sin embargo, este proceso no tiene un fin; la individualidad se refina toda la vida, moldeada por las experiencias.
Vi nacer a Lisa, la madre de Jorgito, vi nacer a Jorgito y en cada uno he visto crecer una semilla de oposición que se convierte en la voz personal que nos distingue.
Sentí orgullo cuando lo vi alejarse a poner la flor a José Martí, cuyos ideales sociales y humanos nos sostienen. Quizás ya Jorgito lleva poco de nuestros patrones genéticos, pero con suerte recordará nuestras costumbres para llevarlas a las ramas de su propio árbol.
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| Aprovecho para contarles que hemos alcanzado 103 participantes en esta Zona Verde, @hive-164923, con un trabajo sostenido de parte de muchos amigos que han elegido esta comunidad como uno de sus nichos. |
Por ello, por seguir su trail de curación y por el crecimiento de esta familia @maylink y yo les estamos eternamente agradecidos. Así de agradecidos estamos cuando crece la familia sanguínea.
Recuerden que pueden seguir esta comunidad #Greenzone, y delegar a su usuario @hive-164923, hp o % de recompensas para su crecimiento. También pueden sumarse a su trail de curación: https://hive.vote/
Gracias por visitar mi blog. Soy crítica de arte, investigadora social y amante de la cocina. Te invito a conocer más de mí, de mi país y I can't because after you click it no longer is on the page. mis letras. Texto de mi autoría.
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The Immortality of Wisdom
Hello friends of #Greenzone
Talking about family in this community is like doing it at home.
Today I was working on the family tree with my mother, and it's incredible how from this trunk, which is her, so many branches sprout. Jorgito is one of the smallest offspring and fortunately is very close to us.
It's no secret that by the third generation, parental traits dilute, but they don't disappear if those bonds are held together with love and dedication. The generational difference is observed in the way of acting according to upbringing and social patterns; however, if the family has been united, those teachings replicate in the way each individual's education is organized.
My nephews' generation does not raise their children exactly as they were taught by their parents; instead, they consciously or unconsciously choose those affective threads with fewer restraints and incorporate social rules that are sometimes not beneficial, such as allowing children to talk back to adults, sleep late, watch programs with inappropriate themes, and other details. Upbringing thus becomes an act of conservation and reinvention.
The family is the first world a child inhabits. Its purpose is not only to provide shelter and food but to build the emotional ground from which they will explore everything else. It is in this nucleus that they learn, without words, what trust and responsibility are.
We, the elders, are indulgent; in that tree whose trunk is my mother, all the branches have sprouted and flourished except for my younger brother and me, but we have not been deprived of the love from the new branches.
And today, while taking Jorgito to his Círculo Infantil because his mother is sick, I felt the privilege of being close and being useful. Besides listening to what springs from his childish world with ingenuity and slyness. He told me he didn't want to go because the children are not good, and I told him that he should behave well because he also does things that they think are wrong. He replied: shut up. And although I don't think that response is okay, I smiled and changed the subject because he clearly missed his mother.
The family sows the seeds of emotional security; it is the initial mirror where the child recognizes themselves as valuable and loved. Its true function is to be both a harbor and a springboard: the safe place from which they will have the confidence to launch themselves into life.
In my family, it's not common for anyone to talk back to elders, but he does. The logic behind children repeating family patterns is simple: home is their first and most intense model of reality. There, the developing brain absorbs, without filters, the ways of resolving conflicts, expressing affection, or handling frustration, but they are also creating their own personality.
These behaviors are not learned through lessons, but through imitation and repetition; they become the unconscious script of life. And I pointed out to my mother how genetically different the grandchildren and great-grandchildren are. Although there has been a natural way of learning, they internalize what they see because it is a constant and present reference.
Each family member fulfills a unique spiritual purpose: to be a mirror, teacher, or healer on the other's path. Through love and conflict, these relationships challenge us to grow, teaching us profound lessons of patience, forgiveness, and unconditional acceptance.
Despite being part of the family tree, individuality must be respected. Jorgito came as a gift on a January 6th to heal and bring joy to our family. We have the mission to educate him but not to extinguish him. His first traits appeared around the age of two, with that definitive I don't want to that affirmed his own will. It is the awakening of the authentic self.
The fact that, even being different, they remain attached to the family is a sign of work where the best and most infallible ingredient is love and respect.
Later, in adolescence, that germ will flourish into a conscious search; this has happened with Lexi and Lia, now teenagers, and it happened with their mother Lisa during a difficult transition. Musical tastes, personal style, and questioning define a unique identity. However, this process has no end; individuality is refined throughout life, shaped by experiences.
I saw Lisa, Jorgito's mother, be born, I saw Jorgito be born, and in each one, I have seen grow a seed of opposition that becomes the personal voice that distinguishes us.
I felt proud when I saw him walk away to place the flower for José Martí, whose social and human ideals sustain us. Perhaps Jorgito now carries little of our genetic patterns, but with luck, he will remember our customs to carry them to the branches of his own tree.
And I take the opportunity to tell you that we have reached 103 participants in this Green Zone, @hive-164923, thanks to the sustained work of many friends who have chosen this community as one of their niches.
For this, for following its curation trail, and for the growth of this family, @maylink and I are eternally grateful. We are just as grateful when our blood family grows.
Remember you can follow this community #Greenzone, and delegate to its user @hive-164923, hp or % of rewards for its growth. You can also join its curation trail: https://hive.vote/
Thanks for visiting my blog. I am an art critic, social researcher, and lover of cooking. I invite you to learn more about me, my country, and I can't because after you click it no longer is on the page. my writing. Text by me.
