¡Hola Steemians!
Siempre es un placer que pasen sus ojos por estas palabras. Continúo con unas reflexiones que buscan adentrarnos en la maravillosa experiencia de la vida.
Sin dar más rodeos, empecemos…
El Conquistador
**No hay dolor que pueda nublar mi amor**, no hay miedo que pueda detener mi impulso más grande: _conquistarte_. No oculto mis cicatrices, no olvido mis antiguas derrotas ni mis heridas abiertas, no velo el dolor que se manifiesta en mí al reconocer otro fragmento de mi corazón perdido en la tristeza. He superado el pensamiento y el retorno constante a la cavilación melancólica, he transitado ya las tierras desiertas de la impotencia y la miseria, de la mentira y el derroche, del dolor romántico y el perdón nunca dicho. Ahora, en mi presencia, ya no hay guerras perdidas sino conquistas, victorias y festines, y ningún hombre ha sido, ni será, capaz de dañarme nunca. Cabalgando intrépidamente, ya no me detengo para admirar el miedo, sino que lo destruyo con un solo movimiento de mi sable, tal como domino y decapito a las bestias sombrías que tienen como amos a la sombra y al temor. Las mujeres con solo verme _se forjan, se impregnan y suavizan_ al mismo tiempo en que se calman los infinitos remolinos de sus vientres. Ante mí, sus labios se curvean y humedecen irradiando una hermosa frescura que al mezclarse con la luz que emana del centro de sus pechos, produce **las notas más elevadas del amor**. Frente a mí, la mujer es pura delicia, es el néctar más puro del placer, el acceso más anhelante de ser explorado. Ante ellas me ofrezco desnudo y palpitante en vigor, elevando los calores originados de entre sus piernas hacia sus bocas, exhalándome con sus puros besos divinos e inhalándome pacientemete con sus sexos. Los hombres frente a mí no luchan, _se desvanecen al sentir que no me son rivales_. A ellos los desarmo sin gestos ni palabras, llevándolos a _la pureza e inocencia del niño_, al _ímpetu del adolescente_ o a _la fosa de sus falsos egrégores_, los cuales son herencia de la hipocresía y el temor que ha habitado en sus cuerpos. Muchos han pretendido dirigirme a sus fangosas tierras para distraerme y vencerme, pero ellos no advierten que mi poder trasciende sus diminutos mundos infestados de dolor, mentira y locura. Y aunque ellos persistan, siempre sucumben ante mi risa, ante mi mirada sincera y demoledora, ante mi postura triunfal y mi espada iluminada. Los autoengañados no observan, aún, que mi reino conquistado es de una realidad purísima, **de un amor que no sabe más que crear y abundar**, de altos árboles y suaves pastizales, de infinitos desiertos y escondidos oasis, de lagos que reflejan diáfanamente el cielo espléndido, de soles submarinos y placeres desconocidos. A mi paso se producen simultáneamente catástrofes y orgias, se me declara constantemente la belleza, me socorren tanto los nobles como los sirvientes, me desean tanto las ninfas como las sirenas. Este **Yo soy**: el gobernante legítimo de todo lo que alcanza la vista y lo que no. Ante mi presencia no es válida ninguna norma, regla o doctrina además del amor. No estoy sujeto a las moralidades de los pueblos ni a las maneras y costumbres de las épocas. Este **Yo soy**: el señor y maestro de todas _las nobles facultades, talentos y virtudes_, mi derecho es el mundo y mi deber reinarlo. No hay rival ni obstáculo en mi paso, ni criatura imaginada que me retenga o me cause daño, pues yo me muestro como la exuberancia y la riqueza, como la elegancia de la simple y justa acción, como el frenesí que deleita la mirada de cualquiera, como el dulzor que produce la salivación de la boca y como la virilidad que retumba en la tierra.  >"**QUIERO**, tengo: >Nada perdí. >Todo soy."  **_Que quede claro que mi tiempo ha llegado_**, que el mundo y los seres me reclaman para que ejerza mi fuerza en nombre _del fuego cósmico_, aquel elemento que les es desconocido a las pálidas figuras que algunas vez asistí y que no supieron mantener su honor sino que, aunque advertidos, prefirieron fabricar un mundo de estiércol y cal, hechizando para llevarlo a la maravilla técnica del hierro. Que no haya incertidumbre en que ningún sonido metálico me distraerá, pues yo soy _el imperturbable, el ungido, el iluminado por sí mismo_. Conmigo avanzan todas las santas fuerzas que promueven la vida y la claridad de la luz. Junto a mi cabalga el espíritu del valor y el coraje, la determinación del triunfo y el bello canto alado de la diosa del amor. No sientas vergüenza al inclinarte ante mí y tampoco temor al desvanecerte en fragmentos cuando escuches mi voz, no tiembles al mirarme ni al sentir en tu pecho la hermosa mezcla entre el miedo y el deseo. Tu mayor virtud será el rendirte ante la manifestación de mi poderío real y profetizado. Bienvenida eres a mi tierra, al reino de lo inesperado; bienvenida eres a disfrutar del sagrado beso y del contacto húmedo y profundo que produce el placer del amor que conquista toda ilusión. Bienvenida, pues, definitivamente al interior de mí ser, de quien **_Yo Soy El Conquistador._**  **[Shiva del Rishikesh](https://wikitravel.org/en/Rishikesh)** 
¡Por el Amor a la Vida!
Agradezco profundamente a los lectores, a la comunidad de @apoloo1, a la comunidad venezolana de @sirtorito, a la comunidad de @mosqueteros y @celfmagazine por el apoyo. Gracias también a @cervantes siempre por el impulso.