¡Hola Steemians!
Siempre es un placer que pasen sus ojos por estas palabras. Hoy he decidido publicar algo referente a Venezuela, un aspecto que duele pero que hay que afrontar sin temor.
Sin dar más rodeos, empecemos…
Venezuela: La falsa cultura y la ausencia de tradición.
La sociedad venezolana está marcada profundamente por ficciones sociales que la han resquebrajado desde adentro. Perdiendo el necesario balance entre dignidad, gentilicio y razón, nuestra vista no alcanza el origen, la fuente de nuestra riqueza ni el objetivo común de una nación que ha sido cuna de grandes individuos. Una de las consecuencias de tal crisis es _la pérdida de la tradición_, sin embargo:
¿De cuál tradición hablamos?
Venezuela desde su nacimiento ha padecido de guerras y batallas intestinas. Aun antes de conocer la riqueza escondida en esta tierra se vivía en conflicto continuo. Sabiendo que la peor guerra que puede padecer una nación es la interna, el venezolano ha sido convertido en un personaje obligado a seguir a líder tras líder, sirviendo de mediador en vivo a los intereses personales de estos grandes caudillos. Es lamentable que esta tierra de gran belleza haya sido manchada de sangre tantas veces, evitando su contemplación pacifica que solo fue posible durante el siglo XX, al parecer.  **[Arco de Carabobo. Oscar Olivares. 2014](https://www.lapatilla.com/site/wp-content/uploads/2014/06/Carabobo.jpg)** Acá habría que detenernos un poco, ya que el siglo XX es un escenario único en nuestro país. A pesar de las dictaduras y los golpes de estado, el venezolano gozó de una relativa tranquilidad. Obviamente _un país con tantas guerras internas no produce guerreros sino miserables_. **El guerrero** se forma frente a una amenaza externa, da la cara a lo que no es propio, combatiendo desde sí mismo, desde sus cimientos. Pero los cimientos venezolanos pueden ser muy inestables, ya que no vienen de los blancos criollos, ni de los mantuanos, ni de los militares, ni de los campesinos. ¿De dónde vienen? Vienen del reciente siglo pasado. Periodo marcado por una exuberancia tal que muchos se confundieron: **creyeron estar en el paraíso**. Hoy el paraíso se ha convertido en un purgatorio donde parece que se expían con grandes sacrificios unas faltas anteriores. Pero definir al _comunismo_ de tal manera seria otorgarle una razón a algo que es irracional desde todo punto de vista, a una infección que ha alcanzado a las élites de la sociedad venezolana y que es el producto de las invasiones intelectuales en el reciente siglo, dando frutos amargos hoy. Los cimientos del siglo pasado están fundamentados en personajes que tuvieron que salir para traer. Si algo tiene nuestros principios es que son en gran parte importados desde su concepción, desde su pensamiento causal. Fueron los exiliados en tiempos de dictadura, los inmigrantes, los obligados y los invitados a disfrutar de esta tierra los que otorgaron lo que hoy podemos llamar **cultura**, e incluso _tradición_.  Nuestros fundamentos culturales son esencialmente modernos, no son ancestrales ni tomados de los aborígenes, y como todo aquel que nace en la modernidad padece de las enfermedades psíquicas y físicas de este triste periodo histórico. El comunismo es este padecimiento, una enfermedad casi terminal que es, insisto, en todo sentido moderno y que se ha venido cuajando desde las épocas más capitalistamente gloriosas del siglo anterior.  **[Símbolos venezolanos. Oscar Olivares. 2014](https://regalosdevenezuela.com/blogs/historias-venezolanas/oscar-olivares-ilustrar-la-venezuela-de-los-talentos)** La cultura, nuestro principal fundamento para un desarrollo pacifico, se vio infestada de _marxismo_ en los años 20 desde la principal fuente de conocimiento y racionalidad del país: la universidad. ¿Nos damos cuenta de lo que significa esto? La universidad, aquel segundo bastión para crear nación, además del orden y el estricto brazo militar, fue el germen del pensamiento marxista que habría de concluirse 80 años después.  Ahora bien, aunque el **marxismo** es un pensamiento totalitario y universal, lo cierto es que la introducción del germen si fue obra de pseudos intelectuales y pseudos artistas venezolanos que compraron y hasta mendigaron la peor medicina para la creciente catástrofe liberal. Convenientemente todos ellos murieron antes de ver y padecer las consecuencias de sus pensamientos. Y lamentablemente no buscaron dentro de sí, sino fuera, la respuesta a dictaduras, privatizaciones e injusticias sociales. No buscaron ni escucharon esta tierra sino que buscaron la gran mentira internacional, **la mano izquierda del engaño universal**. Por lo tanto nuestra cultura, acompañada por una democracia luego del 58, se balanceaba entre la importación del conocimiento y maneras de vivir extranjeras dadas por los inmigrantes y la educación marxista dentro de las facultades de humanidades en cada universidad. Nuestro segundo bastión a partir del 58, la economía liberal, se fundamentaba en un capitalismo que proporcionaba rápidamente riqueza a aquellos que manejaban hábilmente el pensamiento de mercader. Dentro de este grupo no estaban los campesinos criollos, así como tampoco los aborígenes ni los negros pescadores, es decir, los que convivían con esta tierra y encontraban en ella su sustento no encontraron su espacio ni en la cultura ni en la economía, quizás porque carecían de modernidad en un país que era y sería moderno. Obviamente esto no quiere decir que estos grupos fueran dejados totalmente al margen. Que estos no sirvieran ya de peones de caudillos era un logro que les permitiría vivir en paz y cultivar sus propias costumbres. Así sucedió, ya que cada grupo, ayudado por un periodo de tranquilidad basado no en su integración a la economía ni a la cultura sino en el descanso de los conflictos internos, logró vivir y consolidarse aun estando al margen de la aparente riqueza de la población urbana.  **[Campo venezolano. Oscar Olivares. 2014](https://regalosdevenezuela.com/blogs/historias-venezolanas/oscar-olivares-ilustrar-la-venezuela-de-los-talentos)** Sin embargo, la población urbana era muy extraña, eran venezolanos pero con las maneras de otros países, con el sentimiento en Europa, la mente en USA y los pies en Venezuela. Su orientación no estaba ligada totalmente a esta tierra sino a la añoranza y al ideal progresista. Aun así, todos pensaban que vivían en un paraíso, de hecho Venezuela es en sí misma un paraíso, pero pregunto: ¿Qué sucede cuando te encuentras en un paraíso que no es tuyo? ¿El paraíso se encuentra o se construye?
Según la tradición judeo cristiana el paraíso se encuentra, estando incluso señalado, solo hace falta retornar a él luego de un largo vagar. Pero también sería irresponsable decir que los inmigrantes no hicieron nada, ellos fueron y construyeron el sustento cultural venezolano del siglo xx producto de su esfuerzo y de su vocación para el oficio, cosa carente en la población autóctona pero con razones válidas al ya encontrarse en un paraíso natural que te otorga y te quita. ¿Pero es esto tradición? ¿Se puede llamar tradición al espasmo como producto del cansancio y a la pasividad inútil ligada al descanso?
No para mí. Así como tampoco se puede llamar tradición a valores y costumbres importadas en menos de 50 años. Y frente a las patologías que conlleva el modernismo al estrechar cualquiera de sus dos manos, y Venezuela estrecho ambas, pareciera que no será la tradición moderna la que pueda aportar una cura válida para lidiar con una creciente catástrofe vinculada al sistema, sino la búsqueda y el encuentro con el verdadero propósito y sentir de esta Tierra, aspecto ligado sólo al amor más profundo a la vida del lugar que te recibió al nacer. Sólo esto, la consciencia de aportar a la vida por la vida misma, es lo que podemos llamar tradición.  **[Mapa venezolano. Oscar Olivares. 2014](https://www.lapatilla.com/site/wp-content/uploads/2014/06/Mapa.jpg)** >“Por "civilización tradicional", se entiende una civilización orgánica, tal que en su interior toda la actividad esté orientada de forma unitaria según una idea central y, más específicamente, "de lo alto hacia lo alto". "Hacia lo alto", significa hacia algo superior a lo que es naturalista y simplemente humano. Esta orientación presupone un conjunto de principios que poseen una inmutable validez normativa y un carácter metafísico”. **Julius Evola. Revuelta contra el mundo moderno (III ed. 1969)**.
¡Por el Amor a la Vida!
Agradezco profundamente a los lectores, a la comunidad de @apoloo1, a la comunidad de @theunion, @mosqueteros y @Steemfamilyhi por el apoyo. Gracias también a @cervantes por el impulso.