El día que los cuentos se enojaron
Érase, una vez, el libro ancestral de cuentos. Allí se hallaban todos los cuentos del mundo, con las historias de princesas, príncipes, brujas y ogros.
Sin embargo, hubo un día en que cada personaje se enojó. Se aburrieron de ser los buenos y también de ser los malos y, a modo de huelga, en sus párrafos se quedaron.
Ataron las letras tan fuertes, tan fuertes, que las hojas de aquel grueso libro ya no se podían girar. De entre las hojas del libro de cuentos, más viejo que el mismo mundo, caían hilos dorados, largos y finos, al igual que dorados.
Rapunzel había soltado su cabellera y Peter Pan junto a siete enanos unían las hojas con los fuertes y delicados cabellos. En unas hojas más adelante, Ariel cantaba queriendo hechizar con su canción a los padres y que así ya no leyeran sus historias. Mientras tanto, en unas hojas más adelante, Maléfica entrenaba a Aurora y Cenicienta y que con sus zapatos de taco golpearan los dedos de quienes buscarán abrir el libro.
Por más que trataron de despegar las hojas de los cuentos de hadas, no lo pudieron lograr, mientras dentro, en la parte final, el lobo feroz, los tres cerditos, Caperucita Roja y el dragón encendía el fogón para la merienda de los renegados.
Así ocurrió aquel día, en que todos se unieron, se olvidaron de sus peleas, de quién era bueno y era malo, y trabajando unidos nos dejaron sin relatos qué contar a los pequeños antes de dormir.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, porque sin darse cuenta estos renegados, un nuevo cuento todos juntos crearon.
English
The day the stories got angry
Once upon a time, there was an ancient book of stories. It contained all the stories in the world, with tales of princesses, princes, witches, and ogres.
However, one day, every character became angry. They grew tired of being the good guys and also of being the bad guys, and, as a form of protest, they remained frozen in their paragraphs.
They tied the letters so tightly that the pages of that thick book could no longer be turned. From between the pages of the storybook, older than the world itself, fell long, thin, golden threads.
Rapunzel had let down her hair, and Peter Pan, along with seven dwarfs, tied the pages together with their strong, delicate hair. A few pages further on, Ariel sang, wanting to enchant her parents with her song so that they would no longer read her stories. Meanwhile, a few pages further on, Maleficent trained Aurora and Cinderella to use their high-heeled shoes to strike the fingers of those who would try to open the book.
No matter how hard they tried to tear the pages of the fairy tales apart, they couldn't do it, while inside, at the end, the big bad wolf, the three little pigs, Little Red Riding Hood, and the dragon lit the fire for the renegades' snack.
That's how it happened that day, when everyone came together, forgot their fights, forgot who was good and who was bad, and working together left us with no stories to tell the little ones before bedtime.
And so, this story has come to an end, because without realizing it, these renegades created a new story together.
Cuento Infantil: issymarie.
Imagen creada en Ideograma AI.
Texto traducido en deepl versión free.
Corrector ortográfico, languagetool
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