I'll pause my chronicles here, or at least keep them very brief. I admit I have a certain aversion to this art style. Drawing bold figures and images on human skin can be harmful to health and is often seen as unnatural. Still, I respect the choices of those who get tattoos. I remember that, in the 1980s, the captivating trend of popsicles and ice creams with temporary adhesive decals appeared: the famous tattoos. It was a delight for children like my sisters. But for me, already a teenager, it was just a curiosity that I quickly saw pass. Yes, in my family, a cousin's daughter became a professional tattoo artist. She is an unconventional young woman. She even displays an extravagant and striking style of dress. Of course, I think the habit doesn't make the monk. And if she's happy, who are we to criticize her? In my case, it would be like spitting on my head. By the way, steadily advancing toward baldness. Ha ha ha. My daughter has a beautiful "Phoenix" tattooed on the back of her neck, as a symbol of one who rises from the ashes. So you can't tell me I'm intolerant despite my convictions and reasonable doubts about their biocompatibility. Well, thinking about it, I do have a few tattoos on my chickenpox scars from childhood that persist despite cell regeneration. But perhaps the most iconic are the double scars on my left posterior thigh from jumping over a barbed-wire fence. I remember my eldest son's amazement when he saw them. He asked how I got them, and I told him:: ...in a fight with a tiger. You know, don't lie to children. For years, he believed that, and his disappointment was like discovering the tricks behind Santa Claus, Baby Jesus, or the Three Wise Men. The last tattoo, or rather a scar, was caused by a bug—well, I guess so. One morning, I woke up with swelling between my eyebrows, right where the third eye is believed to be. It was so bad that the doctor had to drain the pus from the pustule. With antibiotics, it healed, but it also left a new scar—like a tattoo. Wow, I've gone on longer than I expected! I hope my stories, beyond being part of my personal legacy, have also been enjoyable for you. I wish you a blessed week, full of health and good things.

##### Thanks for reading to me. I hope this writing is to your liking. I would very much like to read your comments and enrich myself with your criticism.

Haré una pausa en mis crónicas, o al menos seré breve. Admito que tengo cierta aversión a este estilo artístico. Dibujar figuras e imágenes llamativas sobre la piel humana puede ser perjudicial para la salud y a menudo se considera antinatural. Aun así, respeto las decisiones de quienes se tatúan. Recuerdo que, en los años 80, surgió la fascinante moda de las paletas y helados con calcomanías adhesivas temporales y lavables: los famosos tatuajes. Era una delicia para niños como mis hermanas. Pero para mí, ya adolescente, era solo una curiosidad que rápidamente dejé pasar. Sí, en mi familia, la hija de un primo se hizo tatuadora profesional. Es una joven poco convencional. Incluso luce un estilo de vestir extravagante y llamativo. Claro, creo que el hábito no hace al monje. Y si ella es feliz, ¿quiénes somos nosotros para criticarla? En mi caso, sería como escupirme en la cabeza. Por cierto, cada vez más cerca de la calvicie. Ja, ja, ja. Mi hija tiene un precioso "Fénix" tatuado en la nuca, símbolo de quien resurge de las cenizas. Así que no me digan que soy intolerante a pesar de mis convicciones y dudas razonables sobre su biocompatibilidad. Bueno, pensándolo bien, sí tengo algunos tatuajes en la piel: cicatrices de cerdo de la infancia que persisten a pesar de la regeneración celular. Pero quizás las más emblemáticas sean las cicatrices dobles en la parte posterior del muslo izquierdo, causadas por saltar una alambrada. Recuerdo el asombro de mi hijo mayor al verlas. Me preguntó cómo me las hice y le dije: … peleándome con un tigre. Ya sabes, no hay que mentirles a los niños. Durante años lo creyó y su decepción fue como descubrir los trucos de Papá Noel, el Niño Jesús o los Reyes Magos. El último tatuaje, o mejor dicho, la cicatriz, fue causado por un bicho; bueno, supongo que sí. Una mañana, me desperté con una hinchazón entre las cejas, justo donde se cree que está el tercer ojo. Era tan grave que el médico tuvo que drenar el pus de la pústula. Con antibióticos, se curó, pero también dejó una nueva cicatriz, como un tatuaje. ¡Vaya, me he extendido más de lo que esperaba! Espero que mis historias, además de formar parte de mi legado personal, también les hayan resultado agradables. Les deseo una semana llena de salud y cosas buenas.

##### Gracias por leerme. Espero que este escrito sea de su agrado. Me gustaría mucho leer sus comentarios al respecto para enriquecerme con sus críticas.