Estuve muy cerca de conocer la libertad, mas no pude. Más allá del horizonte seguían existiendo personas encerradas por barrotes invisibles. Allá donde unos pocos lo controlan todo, a ese lugar me llevaba la mente una y otra vez, como si tuviese un compromiso.
Los deseos por volver al lugar donde me enseñaron a construir se hacían cada vez más fuertes.
Ciudad Extraña se había convertido en un ecosistema perfecto, donde se sembraron árboles donde otros fueron cortados, se cuidaron a los animales y se purificaron las aguas.
Los miembros del ejército trabajaban en labores de asistencia, aunque siempre vigilantes de las acciones militares de Will, este deseaba vengarse. Con el de cursar de los días llegó mi ascenso a Mayor, siendo el militar mejor graduado detrás de Fred.
Los soldados eran también campesinos, si uno de ellos le decía a Fred que arara mejor la tierra, este se esforzaba y agradecía por la ventaja de mejora brindada, nunca se detuvo a decir que era general.
Una mañana entregué temporalmente mi estrella y uniforme, me marché a la facción de Albert. Pretendía comprender nuevos conceptos, formular nuevas interrogantes, era necesario sofocar esa sensación dentro de mí.
En realidad, no me sentía libre, había muchas personas del otro lado siendo víctimas de las atrocidades del líder.
Tanto el texto como las imágenes son de mi autoría.
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