Cuando tenía diecisiete años y aún no era llanero de oficio sorprendió a todos sus conocidos al enfrentarse a cuatro bandoleros que quisieron hacer tortilla con sus huevos; pero el asunto se les volteó porque del total, tres escaparon y a uno se lo llevó el diablo porque murió en malos pasos.
Por temor de ser apresado se fue a Barinas a la finca de los Pulidos donde Manuelote lo trataba a las puñetas; dos años estuvo llevando sin dar, pero en ese tiempo aprendió a ser peón de llano, a reconocerse ante el peligro de amansar una bestia; a cruzar los ríos a nado; aprendió a montar potros cerreros al extremo de ganarse el apodo de Centauro.
A los diecinueve ya era un señor con botas de mando, con ganado suficiente para tratarse de tú a tú con los más ricos; se había casado con una dama de fortuna que lo cambió para bien porque cuando comenzó la guerra de independencia, ya no era el Páez que había nacido en Curpa, cerca de Acarigua, el mandadero de su familia; era el terrateniente que empezó a comandar hombres y por ir siempre de primero se ganó el apodo, La primera lanza de América.
—¿Y cómo fue que terminó siendo un héroe?
—Se fue midiendo y fue comprobando que era del tamaño del compromiso que se le presentaba.
—Ah, ahí sí ya era llanero.
—Soldado, eso era. Creó su ejército, peleó sus batallas y al final le tocó expulsar a los últimos españoles del territorio. Llegó a ser hasta presidente de la república en un par de oportunidades.
—Imagino que se jubiló y se fue a vivir a otro país a disfrutar de su vejez.
—Sí, conoció otros países, pero viajó exiliado. Estuvo en Estados Unidos, por cierto, murió en New York; también estuvo en algunos países europeos y en Argentina.
—¿Y era tan rústico como decían sus detractores?
—Al parecer tenía voz de barítono y alguien me contó que Páez había creado la primera compañía de teatro en Valencia, que llegó a representar a Shakespeare; también leí que en New York se ganaba la vida tocando piano; era toda una caja de pandora porque fue el único prócer que escribió su propia biografía; dos tomos, cada uno de seiscientas páginas.
—¿Y es cierto que traicionó a Bolívar?
—Páez era un bolivariano, ahí está la correspondencia entre él y Bolívar, donde ambos expresan la admiración que se tenían.
—¿Por qué no es tan conocido con Simón Bolívar?
—Bolívar es un héroe continental, pertenece a la historia universal por lo que hizo. Páez es un héroe de Venezuela.
