No es porque no lo quiera,
mucho menos porque no lo desee...
Tampoco porque ya no tenga ganas de sentirte junto a mi piel.
Sabes bien que lo que más me encanta es sentir tu calor sobre mi cuerpo,
tu respirar agitado y frío en mi cuello.
El saber que una caricia tuya son mil incendios en mi interior,
donde muchas veces el amor da un espacio a la lujuria el cual recupera al terminar la sesión.
Como decirle que no a ese momento donde somos uno,
el fundirte en mi interior y no parar hasta que nos hacemos ver estrellas o tal vez el universo.
Que me insistas un poco, que recuerdes mi mano sosteniendo fuerte la tuya,
me invites a viajar contigo sin salir de la habitación.
Si te digo que no, sencillamente es porque quiero saber cuantas ganas tienes de que yo diga sí.