El día de ayer acabó la [Semana Mundial de la Inmunización](http://www.who.int/campaigns/immunization-week/2018/campaign-essentials/es/), motivo por el cual quiero tocar un tema que cada vez genera más preocupación en la comunidad científica.
Seguramente todos hemos sido vacunados desde pequeños, pero recientemente han estado apareciendo grupos que aseguran que las vacunas causan autismo en los niños y son un complot de las farmacéuticas para lucrarse con la producción de estas sustancias que tantas vidas han salvado.
***¿Realmente representan las vacunas un peligro para los niños?, ¿es necesaria la vacunación?, ¿cómo funcionan las vacunas?.***

[Fuente](https://c1.staticflickr.com/8/7437/12291681146_387a74fba3_b.jpg)
Por supuesto que la iglesia no iba a dejar pasar esta oportunidad para interponerse en el camino de la ciencia: en 1772, antes de que Jenner hiciera su descubrimiento, el Reverendo Edmund Massey ya [se oponía](http://abob.libs.uga.edu/bobk/whitem10.html) a la inoculación, alegando que "las enfermedades son un castigo de Dios para castigar el pecado" y que el prevenir una enfermedad a través de la inoculación era una "operación diabólica".
¿Qué son y cómo funcionan?
Una vacuna es una preparación biológica que nos hace adquirir inmunidad hacia una enfermedad. La vacuna está cargada con un virus inactivado (no nos causa ningún daño) o atenuado (causa síntomas mínimos) que es atacado y destruido por nuestro sistema inmune, de esta manera nuestro organismo aprende a combatir a este virus y a destruirlo rápidamente la próxima vez que vuelva a entrar; de esta manera se adquiere inmunidad. Historia de su descubrimiento
A principios del siglo XVIII, Mary Wortley Montagu (1698-1762) observó que los turcos otomanos acostumbraban a inocularse la viruela bobina y así conseguían inmunidad contra la viruela humana que era mucho más peligrosa. Lady Wortley le pidió a un doctor que hiciera lo mismo con su hija de dos años, sin embargo la comunidad médica se opuso a esa práctica. A finales de ese siglo la viruela se había extendido a la mayor parte del continente europeo. El doctor Edward Jenner (1749-1823), basándose en las observaciones de Lady Wortley, observó que las personas que ordeñaban a las vacas solían contagiarse de viruela bobina, presentando síntomas leves y luego no se contagiaban de la viruela común. Jenner tomó una muestra de viruela bobina de una granjera y se la inyectó a un niño de 8 años que mostró los leves síntomas de esta variante y, al igual que los granjeros, no murió. Mes y medio después le inyectó una muestra de viruela humana y el niño no mostró ningún síntoma. Fue entonces que Edward Jenner se dio cuenta de que acababa de descubrir la vacuna contra la viruela, la inmunización. Posteriormente, muchos otros científicos se lanzaron a la investigación de esta nueva técnica.