English Version
In these summer days, taking advantage of the summer season in Cuba and the fact that I have more free time to walk around and visit places a little further away from where I live, I decided to take a closer look at Havana. In Cuba, to say that one goes for a walk in Havana is almost always synonymous with visiting the oldest part of the city, where many of its tourist attractions are concentrated. That's why I'm taking advantage of this super August challenge in the Worldmappin community to share all the places I'm visiting.
In addition to the museums, which are the favourites of many, including myself, simply walking along Havana's avenues has its own charm. On every block, even on the same stretch of street, there is always something interesting that catches the eye. That's why I took the longest route, as in children's stories, in order to enjoy every detail.
I started at Curita Park, which is the closest point to where the taxi drops me off when I arrive in Havana, and from there to Fraternity Park, with its large ceiba tree in the centre. This park, I dare say, is the reference point for anyone visiting the city, especially those coming from other provinces. From there you can go to different places, as it is surrounded by important avenues and is very close to the National Capitol, another classic reference point in Havana. Under its dome, marked by a diamond, is the country's kilometre zero, from where all distances to every corner of Cuba are measured.
I said I took the long way round because my intention was to walk to the Promenade de la calle Prado, but instead of going straight down this street, I wanted to take a stroll along calle Obispo to visit a place I had never been to before and which is frequented by many tourists, the Floridita Bar.
This place became famous for being one of the favourites of the American writer Ernest Hemingway during his stay in Havana. His favourite drink here was the Daiquiri, which is the speciality of the place. Today, on the pavement where the Nobel Literature Prize winner used to sit at the bar, there is a life-size bronze sculpture that keeps his memory alive.
After the Floridita, I took the road back to Prado, going out to the Central Park, another of the capital's emblematic spaces, surrounded by buildings of great historical and cultural value. From there you can see the beginning of the Paseo del Prado where two bronze lions welcome us as imposing guardians of the place.
This is another of the city's emblematic parks. For me, the Paseo is a place to rest. If you are tired of walking along Havana's avenues and between streets, I recommend that you sit under the shade of the many laurel trees that adorn this space. It is a privileged place to watch the comings and goings of the walkers who trace the rhythm of the city with their footsteps.
As one moves away from the Historic Centre along this avenue, one begins to see a more authentic, more natural Havana, with the weight of the years reflected in its buildings and streets.
And this is the end of my tour, I hope you enjoyed it as much as I did. It is enough for me to walk and feel the soul of the city.
Cheers, see you next time!
Versión en Español
En estos días de verano aprovechando la temporada estival en Cuba y que tengo más tiempo libre para pasear y visitar lugares un poco más alejados de donde vivo, decidí recorrer con más detalle La Habana. En Cuba decir que uno va de paseo a La Habana es casi siempre sinónimo de visitar la zona más antigua de la ciudad, donde se concentran muchas de sus atracciones turísticas. Por eso aprovecho este súper reto de agosto en la comunidad de Worldmappin para compartir todos los sitios que estoy visitando. Además de los museos, que son los favoritos de muchos, incluyéndome, simplemente caminar por las avenidas habaneras ya tiene su propio encanto. En cada cuadra, incluso en un mismo tramo de calle, siempre hay algo que interesante que llama la atención. Por eso este recorrido lo hice, como en los cuentos infantiles, por el camino más largo, para poder disfrutar cada detalle. Comencé en el Parque Curita que es el punto más cercano a donde me deja el taxi cuando llego a La Habana, desde ahí hasta el Parque de la Fraternidad, con su gran ceiba en el centro. Este parque me atrevo a decir es el punto de referencia para todo aquel que visita la ciudad, especialmente quienes vienen desde otras provincias. Desde allí se puede partir hacia distintos lugares, ya que está rodeado por avenidas importantes y queda muy próximo al Capitolio Nacional, otra referencia clásica de mi Habana. Bajo su cúpula marcado por un diamante, se encuentra el kilómetro cero del país, desde donde se miden todas las distancias hacia cada rincón de Cuba. Dije que tomé el camino más largo porque mi intención era caminar hasta el Paseo de la calle Prado, pero en vez de seguir directo por esta calle, quise dar un recorrido por la calle Obispo para visitar un sitio al que nunca había entrado antes y que es muy frecuentado por muchos turistas, el Bar Floridita. Este lugar se hizo famoso por ser uno de los preferidos del escritor estadounidense Ernest Hemingway durante su estancia en La Habana. Su trago favorito de aquí era el Daiquiri que es la especialidad del lugar. Hoy en la banqueta donde solía sentarse a la barra el Premio Nobel de Literatura, hay una escultura de bronce a tamaño natural que mantiene vivo su recuerdo. Después del Floridita, retomé el camino hacia Prado, saliendo al Parque Central, otro de los espacios emblemáticos de la capital, rodeado de edificios de gran valor histórico y cultural. Desde allí se puede ver el inicio del Paseo del Prado donde dos leones de bronce nos dan la bienvenida como imponentes guardianes del lugar. Este es otro de los emblemáticos parques de la ciudad. El Paseo para mí, es un sitio de descanso. Si están cansados de caminar por las avenidas y entrecalles de La Habana, les recomiendo que se sienten bajo la sombra de los muchos árboles de laurel que adornan este espacio. Es un lugar privilegiado para observar el ir y venir de los caminantes que dibujan con sus pasos el ritmo de la ciudad. A medida que uno se aleja del Centro Histórico por esta avenida, se empieza a ver una Habana más auténtica, más natural, con el peso de los años reflejado en sus edificaciones y sus calles. Y este es el final de mi recorrido, espero que lo hayan disfrutado al igual que yo. A mí me basta con caminar y sentir el alma de la ciudad. Un Saludo, ¡hasta la próxima!
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