Durante toda mi juventud y en la primera adultez fui un pasional seguidor de ese ritmo caribeño, de influencia estadounidense, bautizado como Salsa, nombre que se atribuye al animador radial venezolano Fidias Danilo Escalona en los años 60, aunque ya había sido usado. Sigo siendo ese seguidor, pero, sobre todo, reviviendo la llamada “salsa brava” (no eso que denominaron “salsa erótica”).
En mis tiempos de estudiante de bachillerato (como se le decía en Venezuela) y varios años después, me juntaba con algunos amigos, escogíamos nuestros discos (de vinil, en ese tiempo) y nos íbamos a las fiestas a las que nos invitaban. Nos apropiábamos (literalmente) del equipo de sonido, y casi toda la noche amenizábamos la celebración con la mejor salsa del momento. ¡Ah tiempos!
Entre los cantantes que ocupaban un lugar central estaba Héctor Lavoe, a quien quiero dedicar este sencillo post.
Lejos de mis posibilidades y propósito, está hacer una biografía de Héctor Lavoe —ya existe en esta referencia— ni un artículo sobre su amplia obra. Apenas daré testimonio breve de tres de sus canciones favoritas, selección de difícil decisión, ya que son muchas las canciones interpretadas por Héctor Lavoe que mueven mi emoción y mis pies.
Diré, antes de poner los vínculos a esas canciones, que, luego de Ismael Rivera (mi favorito número 1), Héctor Lavoe me trasmitió la naturaleza propia de la vida caribeña, pasando por el son, la guaracha, el guaguancó y el bolero, con una “swing” inigualable. Su vida estuvo marcada por heridas fuertes, y el consumo de drogas lo afectó al extremo de su muerte temprana, a los 47 años. Pero más allá de esas circunstancias, terribles y no deseables, fue uno de los más grandes cantantes de nuestra sabrosa música (incluso tuvo su orquesta y fue productor). A él debemos piezas inolvidables, que seguiremos recordando, escuchando y bailando, en sus interpretaciones con la orquesta de Willie Colón (las mejores, quizás), con la Fania All Stars o con su propia orquesta.
No haré comentarios de cada pieza, pues, más allá de mi gusto, no tengo los suficientes recursos profesionales para ello. Obviamente, reconozco la versatilidad de “La Voz” —como lo llamaron, apropiadamente—, su fraseo (creo que le dicen “saoco”), la improvisación y un humor muy peculiar, todo ello expresado abiertamente en sus canciones, que seguiremos escuchando.
Entre las canciones seleccionadas está “El Cantante”, hasta donde se sabe, de letra escrita por Rubén Blades, que dedicara a Lavoe. Cuando escuchamos su letra, pareciera que estuviéramos oyendo la autobiografía de Héctor Lavoe. Aparte de su manifiesta calidad musical, nos estremece su letra.
Comparto con ustedes estas tres canciones seleccionadas.
Todo tiene su final
https://www.youtube.com/watch?v=xQI3rPbbmXw
El día de mi suerte
https://www.youtube.com/watch?v=LXExea8k57M
El cantante
https://www.youtube.com/watch?v=Hc9JR2BRW4w
Si quieren tener las letras de esas canciones pueden ir a 1, 2 y 3.
https://i.imgur.com/DIquuk7.png