Creencias que otros piensan que es una locura / Beliefs that others think are crazy - Día 8 Reto 2 del Blogging Challenge

En este grupo podemos mencionar por ejemplo las dimensiones que abarca el famoso número áureo, o las proporciones áureas que le dan forma a todos los elementos que se encuentran en nuestro plano, seres vivos y objetos tanto orgánicos como los construidos por nosotros los seres humanos. No tengo intenciones de profundizar en este tema porque esto es álgebra y geometría, y esas no es mi área de trabajo, pero si es bien sabido por todos que todas las formas geométricas, y todo lo que deriva de estas formas están muy basados en este número tan misterioso. Desde los pétalos de las flores y la forma en que están dispuestos, especialmente los girasoles, hasta las proporciones del rostro de cualquier persona guardan relación o están basados en el número áureo. Y desde luego el uso de estas medidas de proporciones tienen una gran cantidad de aplicaciones en el mundo de la ciencia en muchas inventos y proyectos realmente importantes. Solo continuaré citando algunas otras cosas más como un ejemplo de lo mucho que rozamos con el mundo sobrenatural sin darnos cuenta, sin querer afirmar con esto que estas sean pruebas contundentes, solo son mis percepciones. Por ejemplo en el estudio del sonido se ha comprobado que un sonido determinado, o lo que se le conoce culturalmente como una _nota musical_, se compone por varios sonidos más que aunque para nuestros oídos sean imperceptibles, entre todos esos sonidos juntos y con la calibración correspondiente dan forma a estas notas musicales. A esos micro sonidos se les conoce como _armónicos concomitantes_, y a la vez estos tienen un patrón bastante matemático en la forma de estar presentes en la naturaleza, ya que aparecen en una sucesión de armónicos llamada _serie armónica_. En el período de los años 500 A.C Pitágoras fue el pionero en estudiar el mundo de los armónicos concomitantes al llevar experimentos para estudiar los sonidos que podía encontrar en yunques de hierro golpeados por distintos martillos con diferentes medidas y proporciones, así como también tensando una cuerda a la que pulsarla en diferentes partes podía dividirla en partes iguales donde estaban estos sonidos concomitantes. Sin embargo no pudo resolver el problema de que los primeros sonidos concomitantes realmente sonaban “desafinados”, o fuera del estándar de su época. Para eso fueron necesarios muchísimos años de evolución en la ciencia de la música, pasando por el planteamiento del _Clave bien temperado_ de Johann Sebastian Bach, que marcó un antes y un después en el estudio de la música universal, hasta llegar a las épocas donde el mundo electrónico y digital comenzaron a hacer sus intervenciones en nuestra ciencia musical.

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Lo más importante de esto es que en cualquier objeto se puede determinar toda una tesitura de sonidos (entiéndase por tesitura al rango de sonidos determinados de un instrumento u objeto) según su tamaño y proporciones, con la que podríamos determinar si su registro es grave o agudo, y en que medida. Sin pretender tampoco analizar los sonidos según las conocidas clasificaciones de tesitura podríamos claramente determinar el registro de una piedra o el de un mueble si intentamos percutirlos, dándonos cuenta que a mayor tamaño y masa nos dará un registro aproximadamente grave, y a menor tamaño y masa nos dará un registro más agudo o intermedio. Eso se debe a la cantidad de armónicos concomitantes que conforman cada uno de los sonidos determinados que conforman una tesitura o registro cualquiera. Claro que para esto también falta el ingrediente de la capacidad de resonancia, algún vacío en la forma del objeto al que estemos sacándole sonidos que nos permita reproducir las vibraciones necesarias para obtener los sonidos que buscamos, o por lo menos que la proporción de masa no sea tan grande en el objeto. Eso hace que por naturaleza una roca suene más grave que una piedra pequeña al golpearlas, o que un gong chino suene más profundo y estridente que un pequeñito crótalo con su timbre dulce y agudo. Estas propiedades armónicas también se reflejan en el grosor de las cuerdas de los instrumentos, siendo las cuerdas más gruesas las que producen los sonidos graves, y se usan en bajos eléctricos y acústicos, en violonchelos, y en instrumentos de tesitura más amplia y completa como la guitarra, el piano y el arpa. Hay muchos calibres de grosor para las cuerdas según los instrumentos y las marcas que fabrican estas cuerdas en el mercado. Además de las cuerdas, estas propiedades armónicas también se reflejan en diapasones, en cajas armónicas, y en una infinidad de cosas y herramientas para los instrumentos que complementan sus características mas importantes.