Opuestos complementarios, libres | Complementary opposites, free

¿Y si en realidad nunca tuvimos la necesidad de cambiarnos? Tal vez, siempre fuimos justo lo que el otro necesitaba, pero siempre fue más fácil excusarnos con aparentar la felicidad. Somos adictos al dolor, aunque golpee duro, pero al mismo tiempo nos hace crecer. Tengo miedo, pero al menos sé que siempre fuimos nosotros mismos. Yo, de quien tú te enamoraste por aquellos días, con mi estilo de vida libre y a la vez conservadora. Siempre yo, sincera y calma hasta en los momentos más exorbitantes. Yo, una observadora del detalle con nervios intermitentes y sobre todas las cosas, yo, junto a ti. Tú, pasional como ninguno, a veces vencido por las mañanas, pero aun así siempre soñador al caer el sol. De tu ternura sin dimensiones a mi tan delimitado cariño, siempre hubo algo que nos hizo funcionar. Siempre funcionamos porque siempre fuimos nosotros mismos. Hoy puedo pedirte perdón por no haber sabido entender y por no haber podido responder, en cualquiera de nuestras innumerables batallas, qué nos iba a deparar en nuestro futuro juntos. Pero allí estaba la clave: Juntos. A veces, uno obvia tantas cosas e incluso siendo una maestra del detalle, como siempre lo he sido, se pierden mil colores, gestos, miradas, y formas, y al igual que intentando ver todas las gotas de lluvia al mismo tiempo, solo ves un todo integrado que en mi caso siempre fue conocido, pero que nunca me dejó conforme. Excusas, excusas y más excusas. ¿Quién necesita detalles cuando hay excusas que nos privan de ser felices y nos recuerdan que siempre hay algo porque quejarnos? Al menos fuimos nosotros mismos en todo momento, siempre tú y yo, siempre funcionamos y siempre funcionaremos, también nos excusaremos, pero una vez más, allí está la clave: Juntos. Solo, no tengas miedo. El miedo es de cobardes. Al superar nuestros miedos podremos ver la belleza que se esconde en el otro lado, y nosotros hace tiempo, ya que bailamos a este vals. ___   ___ >