¡Hola Hivers! Espero y hayan pasado una bonita navidad junto a todos sus seres queridos. Hoy les quiero mostrar como fue mi día esta navidad, lamentablemente como no estoy cerca de mi familia, me tocó solo compartir estas fechas junto a mi pareja, hace ya 4 años que me fui de mi país Venezuela, dejando todo para encaminarme en un país desconocido, mi hermana estuvo junto a mí hasta enero que se fue a Venezuela, por eso solo me toca pasar una bonita navidad junto a mi novio. En estos días, el corazón parece dividirse: una parte permanece en el presente, disfrutando de los momentos con quienes están cerca, mientras la otra viaja a kilómetros de distancia, abrazando en silencio a aquellos que no pueden estar físicamente. Las llamadas, los mensajes y las videollamadas se convierten en puentes que acortan la distancia, permitiendo compartir risas, anécdotas y deseos de felicidad.

Como no tuvimos la tradicional cena navideña, típica de nuestro país, optamos por salir a comer, en este caso sushi, una de mis comidas favoritas, la de él no tanto, eligió comer alitas jaja. Ubicamos un restaurante de comida japonesa, no solo contaban con sushi y makis como platillo, sino también ramen, platos a la carta japoneses, alitas de muchos sabores, normales y muy picantes, y bebidas muy exóticas y deliciosas. 

Los makis que pedimos tenían sabores totalmente diferentes, uno de ellos era bastante básico y simple en sabor, pero eso no quita el hecho de que estaban sabrosos, mientras que el otro maki era sumamente una explosión de sabores, era a base de pulpo y tenía un sabor picante y agradable, fue en definitiva, mi favorito. Nos pedimos una bebida para probar, nos sorprendió lo rico que estaba, era un sabor muy tropical y refrescante, jamaica y piña, y otros ingredientes del cual no recuerdo sus nombres.

Disfrutamos bastante de este día, tanto de la comida como del momento de compartir juntos. A pesar de estar lejos de nuestros familiares y amigos, agradecemos cada día, saber que ellos se encuentran bien. La Navidad es una época que evoca unión, amor y la calidez del hogar, pero para quienes tienen familiares a la distancia como nosotros, estas fechas adquieren un matiz especial. La alegría de la temporada se mezcla con la nostalgia, y los recuerdos de las reuniones pasadas se vuelven protagonistas de los pensamientos. 

Así, la distancia no impide celebrar. Al contrario, invita a apreciar lo que realmente importa: los lazos que nos unen y el poder de la esperanza, que promete futuros encuentros llenos de abrazos, risas y, sobre todo, el calor de estar juntos nuevamente.

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