No soy una persona que crea en las casualidades, ni en horóscopos ni quimeras. Siempre había considerado que el mundo era un ciclo de causalidades y que no había nada especial ni conciso que me atase a la vida, vivía por vivir. Trabajo, parejas de cartón y una vida caótica perduraron durante mucho tiempo como si tratase de aprender algo inalcanzable, como si la experiencia obtenida no era suficiente y tuviese que indagar en mazmorras ocultas a las que nadie se atrevía a entrar. Sin embargo, nunca consideré que aspectos sencillos y sutiles de la vida pudiesen ayudarme a alcanzar la plenitud que vivo en este momento.

El daño estaba hecho y pensé que tendría que lidiar con eso toda mi vida, pero eso no es cierto. Hay personas que trascienden la amistad para convertirse en una sola entidad, superando quimeras y viviendo una realidad fantástica que debe ser protegida constantemente por la envidia que rodea tanta felicidad.
Pocas palabras nos habíamos dicho en meses, cosa extraña porque en este momento comprobamos la extrema afinidad y la fuerte química que surge de nuestros cuerpos al hacerse acto de presencia de uno o del otro, pero en este momento entiendo porque, y puedo extrapolar eso al azar de la vida. Giramos alrededor de una estrella en la cual si estuviésemos muy cerca, nuestro planeta sería muy caliente y no apto para la vida y de lo contrario si estuviésemos muy lejos sería muy frío y con las mismas consecuencias. Sin embargo, allí esta esa distancia específica que nos permite vivir no solo a nosotros sino a multitud de especies, fauna y flora que hace de este planeta el único en albergar vida por lo menos descubierto por el hombre en este momento, eso hace especial a este mundo en el que vivimos.

Haz estado conmigo en momentos difíciles, me llenaste de fuerza y conseguí el ímpetu que había perdido, me llenaste de valor cuando pensé que todo estaba perdido y me diste lo más importante que fue tu amor sincero e incondicional. A pesar de mis oscuras experiencias puedo decir que todos los pilares que conforman una unión real que traspasa banalidades de aspecto físico, los tenemos, por ser afines, por ser iguales, pese a haber marcadas diferencias que nos sirven de complemento y no de desunión.
Para cualquiera puede parecerle inverosímil la cantidad de información y retroalimentación que hemos alcanzado, horas y horas de conversaciones sin silencios incomodos, llenándonos el uno para con el otro de experiencias, de emociones vividas y en pocas palabras compartiendo una vida a través de la comunicación, es allí cuando 24 horas me parecen insuficientes para poder estar a tu lado, porque pasan rápido, como todos los momentos de dicha.

Y he aquí el quid de la cuestión, estamos construyendo un edificio enorme, con una infraestructura magistral donde todos los pilares están tan fuertemente sujetos que ni la naturaleza pudiese acabar con ellos. Confianza, comunicación, lealtad y amor son solo alguno de ellos, la lista es interminable y mis dedos al escribir torpes, pero mis ideas hacia contigo rápidas como la luz e inexorables.
Sería muy difícil relatar todos los temas y conceptos que hemos manejado en nuestras incansables conversaciones, filosofía, literatura, música, arte, ciencia, humor… Son tan multifacéticos que harían sonrojar a Da vinci, pero puedo decir que esa fluidez nace espontáneamente, así como los latidos acelerados al ver tu sonrisa y tus hermosos ojos.


Te amo.
Primera parte Estaba predestinado/Carta
Fuente de Imágenes
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