Me pregunto si es posible que la interpretación de una lectura sea tan turbadora que nos lleve a dudar de la realidad. Como médico, con mi pequeño conocimiento en psicología, afirmo que esto se debe principalmente a una base de tu personalidad y patrón conductual, añadido a los antecedentes psicológicos familiares y personales como traumas infantiles, etc.
Quiero hablar en esta ocasión sobre el colapso mental de Nietzsche, del que mucho se ha especulado con el paso de los años.
¿Qué causó la demencia de Friedrich Nietzsche?
Hasta hace una década atrás se afirmaba que la muerte de F. Nietzsche se debió a una parálisis general por lúes (parálisis general luética) planteado incluso por autoridades médicas como Binswanger pero la evidencia no es sólida. En el siglo XIX no existía prácticamente el diagnóstico diferencial de una demencia y atreverse a formular este diagnóstico era asumido como una sentencia de muerte, ya que no había tratamiento.
En cuanto a una infección sifilítica primaria, no existen antecedentes clínicos sólidos de una sífilis congénita y es dudoso que Nietzsche haya alguna vez tenido relaciones sexuales, ya que los informes de que habría contraído la infección en el año 1865 son muy cuestionados. El principal argumento en contra de una parálisis general es que la enfermedad de Nietzsche duró al menos 12 años, lo que sobrepasa en demasía la sobrevida esperada. La alteración pupilar descrita estaba presente desde la infancia. Tampoco presentó la signología típica, con temblor facial y de la lengua al protruirla fuera de la boca, signo considerado en esa época como patognomónico. La autopsia habría revelado un «reblandecimiento cerebral».
¿Qué causó este reblandecimiento cerebral?
Desde la infancia Nietzsche presentó jaquecas, en ocasiones muy invalidantes, con aura visual con el fenómeno de espectros de fortificación. La jaqueca era de predominio derecha, acompañada de vómitos, debiendo reposar algunos días . Nietzsche contabilizó en un año 118 episodios de jaquecas . En 1887 fue examinado por el Dr. Eiser, quien diagnosticó una corioretinitis en su ojo derecho como causa de su defecto visual que prácticamente le provocó una ceguera.
A los 24 años, en 1869, fue nombrado Profesor de Filología; sin embargo, debió retirarse de este puesto en 1879 debido a jaquecas repetidas y problema de visión en su ojo derecho. Posteriormente vivió como un filósofo itinerante en varios lugares de la Riviera italiana y los Alpes suizos, y desde mediados de 1888 hasta enero de 1889 en Turín, Italia.
En Turín, donde llegó el 20 de septiembre, fue evidente su extraña conducta para Davide Fino, dueño del hotel donde se hospedó. En diciembre de 1888, solía hablar solo, cantar y bailar desnudo en su habitación. En sus cartas de octubre de 1888 a enero de 1889 se manifestó un claro delirio megalomaníaco, firmó sus misivas como «Fénix», «Anticristo» y «Dionisio» y envió cartas irreverentes al Kaiser y a Bismarck. Se llamó a sí mismo «el redentor de todos los milenios».
Durante su último año activo, 1888, escribió 7 libros, «La calda de Wagner», «Nietzsche contra Wagner», «El anticristo», «Ditirambos para Dionisio», «La voluntad del poder», «Ecce Homo» y «El crepúsculo de los ídolos». Esta productividad es incompatible con alguien afectado por una parálisis general, pero sí compatible con una demencia frontotemporal en que se ha descrito la aparición de una creatividad excesiva en sus primeras etapas. En la demencia frontotemporal es frecuente la hiperfagia, que también estuvo presente en Nietzsche.
Su colapso sucedió el 3 de enero de 1889 cuando, al ver un caballo que era maltratado, se abalanzó llorando sobre el cuello del animal con ánimo de protegerlo, cayendo al suelo ensangrentado sin sentido. A los pocos días fue trasladado a un asilo mental en Basilea.
No existe claridad de cuándo Friedrich Nietzsche inició los síntomas que lo llevaron a su deterioro cognitivo. Sus amigos lo describieron «extraño» en 1886, como ausente, «como que viniera de un país donde no hay habitantes». Mencionaron que su postura era menos orgullosa, había perdido su marcha solemne y su discurso fluente, haciéndose laborioso y entrecortado. También se puso negligente con su cuidado personal y el lugar donde vivía.
El examen neurológico de ingreso a este asilo lo mostró grandilocuente, desorientado, con anisocoria con la pupila derecha mayor que la izquierda pero reactivas a la luz. No presentaba temblores y no había alteraciones motoras. Presentaba conductas extrañas como mantenerse aplaudiendo un lapso largo, hiperoralidad con un apetito muy voraz.
En su etapa en Jena presentó ataques de ira, golpeando a algunos compañeros de asilo, confundió a su cuidador con Bismarck y presentó severos desajustes conductuales tales como beberse su propia orina, ensuciar su cuerpo con heces y coprofagia.
Finalmente enviado al cuidado de su madre y hermana el 20 de marzo de 1890. Nietzsche perdió progresivamente sus capacidades cognitivas y su lenguaje, llegando a un estado de mutismo, sin reconocer a sus pocos amigos. Falleció el 25 de agosto de 1900 de una neumonía.
¿Qué sustancias consumió Nietzsche?
Se sabe por sus datos clínicos que usó, por lo menos, opio, bromuro de potasio y clorato de hidrato. Estas drogas pueden inducir intensas alucinaciones, obviar el consumo de estas drogas como influencia en su comportamiento, sería ilógico.
¿Puede la sífilis provocar un reblandecimiento cerebral?
La meningitis aséptica sifilítica o meningitis sifilítica es una complicación de la Sífilis que se presenta por no tratarla a tiempo. Involucra la inflamación de los tejidos que cubren el cerebro y la médula espinal que causa esta infección bacteriana.
¿Tenía Nietzsche antecedentes patológicos en su familia de trastornos mentales?
En la historia familiar predominaban las enfermedades mentales: dos tías maternas tuvieron una enfermedad psiquiátrica, una de ellas se suicidó; un tío materno desarrolló un trastorno mental en la sexta década de la vida. Otro tío materno murió en un asilo. El padre de Nietzsche murió a los 35 años, se le describió como autista y estar en total ausencia, meses previos al fallecimiento.
Orth y Trimble revisaron en el año 2006 los expedientes médicos de Nietzsche y plantearon una demencia frontotemporal. Este diagnóstico se sostiene cuando el paciente presenta un cambio de personalidad o de conducta, con alteraciones del comportamiento (apatía o desinhibición) o del lenguaje (disnomia, laconismo), aun cuando no exista compromiso importante de la memoria.
Recapitulemos, según el relato más repetido por la Historia, la crisis comenzó el 3 de enero de 1889, en Turín, Nietzsche presenció cómo un cochero golpeaba brutalmente a un caballo. Al ver la escena, se acercó, abrazó al animal y, con lágrimas en los ojos, lo besó. Poco después, se desplomó, iniciando un estado de deterioro mental del que nunca se recuperaría.
¿Podría tener relación este episodio con el capítulo 5 de la primera parte de "Crimen y Castigo" de Fiódor Dostoyevski? ¿Reencarnaría Nietzsche en Raskólnikov para no regresar?
Eso nunca lo sabremos, pero Nietzsche sentía una afinidad por Dostoievski aunque nunca se conocieron. Aunque varias fuentes los enfrenten por características específicas de su pensamiento ambos argumentaban en contra del racionalismo moderno y el nihilismo. Nietzsche sí leyó a Dostoievski, pero solamente al final de su vida cuando su pensamiento ya estaba muy bien cimentado. Fue de su agrado e incluso en El Ocaso de los Ídolos se refiere a él como "El único psicologista del que he aprendido algo".
Raskolnikóv, el personaje principal de Crimen y Castigo, es un estudiante de 22 años en St. Petersburgo que admira íntimamente a personajes que se elevan más allá del vulgo. Personajes que por su mera naturaleza pueden (y deben) romper los esquemas sociales que los oprimen, elevando con su genio a la sociedad cada vez más.
En esa parte del capítulo 5, Raskolnikóv tiene una pesadilla en la que, de niño, ve a unos campesinos matando a un caballo a golpes. El dueño grita jubilosamente que le peguen hasta matarlo pues se le había roto una pata y por su culpa se la había volteado la carreta. El animal es azotado, golpeado con palos y una barra de hierro, y finalmente muere. Raskolnikóv, horrorizado por la escena, se lanza hacia el animal en miseria y lo abraza del cuello en un intento desesperado por detener su sufrimiento. No es suficiente, los campesinos, ebrios y molestos quitan al niño con rabia y éste se tiene que ir con su padre a llorar. La escena es descrita con gran detalle y simbolismo, mostrando la crueldad y la brutalidad de las personas, además del sufrimiento inocente del caballo y la reacción emocional del niño.
La vida de Nietzsche fue solitaria y trágica, era un «laboratorio del pensamiento» según su biógrafo Safranski. Me gusta recordarlo de otra manera, con esos aires de grandeza en "Ecce Homo" diciendo: -Yo soy un discípulo del filósofo Dionisio, preferiría ser un Sátiro antes que un santo.
No sé si también esté delirando, llevo más de seis horas leyendo a Nietzsche y sobre Nietzsche, si madre estuviera hoy aquí me diría que no es bueno para la salud, que eso me daña la vista y que ese encierro en el cuarto no es saludable. Y pienso que todos deliramos de maneras diferentes. Ahora mismo se desbloquea en mi mente Antonin Artaud y su dolor, y su sífilis y su locura. Pienso en mi amado Oliverio Girondo y su poema sencillo, pero de mis favoritos: Aparición Urbana. ¿Lo habrá escrito pensando en Raskolnikóv o Nietzsche?
Aparición Urbana
¿Surgió de bajo tierra?
¿Se desprendió del cielo?
Estaba entre los ruidos,
herido,
malherido,
inmóvil,
en silencio,
hincado ante la tarde,
ante lo inevitable,
las venas adheridas
al espanto,
al asfalto,
con sus crenchas caídas,
con sus ojos de santo,
todo, todo desnudo,
casi azul, de tan blanco.
Hablaban de un caballo.
Yo creo que era un ángel.
REFERENCIAS
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Figueroa G. El último año de lucidez de Friedrich Nietzsche. RevMéd Chile 2007'; 135: 661-8.
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Chamberlain L. Nietzsche en Turin. Editorial Gedi-sa, Barcelona, 1998.
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Orth M, Trimble M. Friedrich Nietzsche's mental illness-general paresis of the insane vs frontotempo-ral dementia. ActaPsychiatrScand2006; 116: 439-45.
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Safranski R. Nietzsche: biografía de un pensamiento. Tusquets Editores, Barcelona. 2000.
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Yalom I. El día que Nietzsche lloró. Editorial Emecé, Buenos Aires. 2005.
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Neary D, Snowden JS, Gustafson L, Passant U, Stuss D, Black S et al. Frontotemporal lobar degeneration: A consensus on clinical diagnostic criteria. Neurology 1998; 51: 1546-54
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Miranda Marcelo, Navarrete Luz.
Unidad de Neurología, Clínica Las Condes y Bibliotecaria, Clínica Las Condes, Santiago de Chile.
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Mi nombre es Liliana Isabel Salazar Villariño, tengo 30 años y vivo en La Habana, Cuba. Soy graduada de Médico General, también soy escritora y promotora cultural.