*Esta es mi participación vez en este [encuentro de @talentos invita a escribir sobre "La voz"](https://peakd.com/hive-147177/@talentos/encuentro-de-talentos-la-voz), con un tema que tiene mucha tela que contar, si escribí contar, porque cada quien corta esa tela en su mejor manera de contar lo que piensa de sobre "La voz"*.  # La voz es un sueño La voz es un sueño, me dio mucha risa leer el título de la publicación de @talentos, pero no en un mal sentido, me dio risa porque me acordé de algo. Mis hijas desde pequeñas me decía papá, tú tienes una voz que parece de un hombre de la radio, yo les explique que era de locutor y también en el salón de clases me decían, profesor, usted habla como locutor, aquí atrás se escucha perfecto, Cuando mis hijas me decían eso, y aún lo hacen, yo les digo que algún día seré locutor de radio y hasta la le puse nombre a mi programa de radio, se llama. **Después de viejo locutor** Pareceré un poco presuntuoso, pero mi voz es fuerte, pero no grosera, es una voz que aprendió a hacerse escuchar sin imponer, a llenar el espacio sin ocuparlo todo. La he moldeado con práctica, viendo videos y sobre todo en mi aula de clases, enseñando, también observando, sobre todo, la reacción cuando hablo, mejorando mi forma de respirar desde el centro de mi estómago. Me lo han hecho saber de qué mi voz es marcada, firme, y cuando hablo, la gente voltea a verme, no por ruido, sino por presencia. Porque mi voz no grita, pero tampoco se esconde. Es una voz que camina con seguridad, que sabe cuándo callar y cuándo resonar. Y aunque es imponente, nunca molesta. Porque está hecha para conectar, no para dominar. No voy a renegar de mi estatura, soy de baja estatura, pero eso no me ha limitado para llegar muy alto, ahora imaginen cuando estaba en el liceo, yo era aún mas bajo jajajajaja y cuando yo hablaba sin gritar solo hablaba muy fuerte, mi mejor amigo que era mas alto que yo, siempre se burlaba de mí me decía, allí viene el enano ese, que no tiene tamaño para la voz que tiene, el decía, uno busca la voz cuando lo escuchan y uno piensa que debe ser alguien muy grande, y es este enano. A veces me preguntan si siempre he tenido esa voz, y yo les digo que sí, pero que también la fui trabajando. No es que nací hablando así, es que aprendí a usarla, porque tener voz no es solo que te escuchen, es saber cómo decir las cosas, eso lo aprendí enseñando, equivocándome, viendo cómo reaccionan los demás cuando uno habla con seguridad, no se trata de soñar bonito, se trata de que lo que uno dice tenga peso. Todavía no soy locutor, pero cada vez que hablaba en clase, o cada vez que hablo en público o cada vez que escribo algo como esto, siento que estoy más cerca, y si algún día ese programa que llamo **“Después de viejo locutor”** se hace realidad, ya tengo claro lo que voy a decir: que la voz no se trata de tener un micrófono, se trata de tener algo que decir.   [imagen](https://lh3.googleusercontent.com/rd-gg/AAHar4cZtmQGQ8onGBinA_AVs_drwRBtz7uMW2vosO-RKG7NQoVGmoKJ-OUWk3iKETS6vtn8Hw9C5zGzttJHeOXmHhhr0wT2KShejONH4eDjQQdkSL76eBkzlc91ck1iHxfp72aekSfzGsOlOg109Em7zn9hsRswbZaCPuu3nnTkla_oBiPizvlar1NIxmJWdfunN5ZdOpxKg116CoA2_RftsJHeToTfERFxGJ4yciwEITsgX9ybvb57ZOwfzlOFfL-2wYTG4veuRzbXKiZ4esfcCSssAUp3-yBknz3yPFYT87-T4IxWj18A8V_YRrdqeIWECmP3oAlKD7t2bKJZD98JhZhGdFWi92Cxf62bUnuNyTstpDGhl_o8750vAfDh9z36Ir1EczXtW5svEKT-2jxH1iqSz7PMQIwnS2gemR5AJtymGsVtDVsDtwmWgAoS4Okecjscp_t3B51GSzx1NLFR1U4UoMbY70lttlDLjoPakpqWNf1ATAAQxM3ODlEWn20nepYgQoiUKfCVoE_Pka0XIXnUFqAe6ibet-3fcBYQ3QNp_XI38boQZG0OGYso_HkAUPOb2KaoKMSjIzWa3tUiTFA3oOv9P88e8qir9rNk0BqROAYGxXDIUiTgOEfPsDzui5fhTCy4DZt7K5f-k3j-6ivRzKMYxmwkAj-sPNZ5DUIZfBSkep9GYFAA0lqFKSeD-6OLwV36_cO8l0E3txOliXnynWC36oo6ogxeXb4ga0NP3n7EcJAntPEnoLyBzPjzPMITxdq1Kjun1CTfzzZqQXsfAQrQO7xRxROduExthcS8L_vE1xecGkQMyMq4gdb8fUX6Et5z_dYJiRP8Dy7akAyRhTyq0Rhcn5b2I3CycVxlbYpw-UBt1Npv_ieWcZJlgpiIwpc__jJ76sNEGuhphGfd4xyBmuLuyBEbV42IEl1wd90ZmMYhGo0nqyS2907voBn0WWKPFjf2CGllY_uU8ZeXEJQ3s1iRJdGLsAutS_AlTxBHoT85A1jS497xrJ4VXgL3v_IiRtzjlKYaAJoVY7bChz0novINU7W8DSEHtrgPjIFdlweuaHtBbjlXTzk5HHBfJIzbDc1olQPYiD1192zd66Szq9NGCHnOF7jc2vBwArKbRumYn0S4Hz1FtBtLQSevCo3vl0izyrKhXrz1mnjUMIuWA-Xqo5edkm2RE_qVwaTxHcZC7ha5BuyldOLQ_GgLsQhY4WkOw4Dc3PzD4Rxezd2D4jpaYWV13ZEGOdIum2GryjvdfdiRP_WyvPAnh17Z-YdK6gBC1usVpg=s1024) *This is my participation in this [invites you to write about "The voice".](https://peakd.com/hive-147177/@talentos/encuentro-de-talentos-superacion), with a subject that has a lot of fabric to tell, yes I wrote tell, because each one cuts that fabric in his best way to tell what he thinks about “The voice”* ------- # **The Voice Is a Dream** I laughed a lot when I read the title of @talentos’ post—but not in a bad way. I laughed because it reminded me of something. Since they were little, my daughters would say, “Dad, you have a voice like a radio man.” I explained to them that it’s called a broadcaster’s voice. And in the classroom, my students would say, “Professor, you sound like a radio host. We can hear you perfectly back here.” When my daughters said that—and they still do—I’d tell them that one day I’ll be a radio host. I even gave my show a name: **Después de viejo locutor** (After I’m old, a broadcaster). It might sound a bit presumptuous, but my voice is strong, not rude. It’s a voice that learned to be heard without imposing, to fill the space without taking it over. I’ve shaped it through practice—watching videos, teaching in my classroom, observing reactions when I speak, and improving how I breathe from deep in my stomach. People have told me my voice is distinct, firm. And when I speak, people turn to look—not because I’m loud, but because of presence. My voice doesn’t shout, but it doesn’t hide either. It walks with confidence, knows when to stay quiet and when to resonate. And even though it’s imposing, it’s never annoying. It’s made to connect, not to dominate. I won’t deny my height—I’m short. But that hasn’t stopped me from reaching high. Imagine me back in high school—I was even shorter! Hahaha. And when I spoke, I didn’t shout, I just spoke loudly. My best friend, who was taller than me, always teased me. He’d say, “Here comes that little guy with the voice that doesn’t match his size.” He said, “You hear that voice and expect someone big… and it’s this short guy.” Sometimes people ask if I’ve always had this voice. I say yes, but I also worked on it. I wasn’t born speaking like this—I learned how to use it. Because having a voice isn’t just about being heard, it’s about knowing how to say things. I learned that through teaching, making mistakes, and watching how people react when you speak with confidence. It’s not about sounding pretty—it’s about making your words matter. I’m not a broadcaster yet, but every time I speak in class, in public, or write something like this, I feel closer. And if that show I call **“Después de viejo locutor”** ever becomes real, I already know what I’ll say: A voice isn’t about having a microphone—it’s about having something to say.