# Imprudencia e irresponsabilidad # Una imagen que, aunque lamentablemente es muy cotidiana, grita todo lo que está mal, un adulto muy, pero muy imprudente, pero sobre todo tremendo irresponsable, él está conduciendo una moto con un niño como acompañante, pero de qué forma va el niño, claro ambos con casco, sí, pero eso no borra lo demás. El conductor va tranquilo como si nada, definitivamente ni cuenta, se da del peligro que corre el niño y está el mismo, ironías de la vida. El niño, está abrazado como puede porque lleva un cilindro o bombona de gas entre su pecho y la espalda del motorizado, se nota que se agarra con fuerza, y agarrado con lo poco que le permite sus brazos, confiando ciegamente en quien lo lleva el gran detalle está en ¿Y si algo sale mal? La moto circula por una de estas calles cualquiera que está en mi ciudad, mientras mi hija tomaba la foto con mi celular porque yo iba prácticamente al lado izquierdo de ellos, vemos una pare que dice “NO PARE”. Y pareciera que esa frase se aplica a todo, y es como que le dijera al motorizado a no parar a pensar, no parar a cuidar, no parar a asumir responsabilidades, porque esto no es solo una infracción, a gran escala lo peor es que es una muestra de cómo la normalización de la imprudencia nos está pasando factura y eso pasa en toda Venezuela donde la ley de tránsito no se aplica. No se trata de juzgar, pero sí de señalar, lo imprudente, la falta de conciencia y la irresponsabilidad, porque cada vez que vemos algo así y lo dejamos pasar, estamos diciendo que está bien, y no, no está bien. Llevar a un niño en moto sin protección adecuada y con una bombona de gas, sin garantías, sin sentido común, eso es irresponsabilidad por parte de ese adulto, lo peor es que ocurre todos los días. A veces pienso y dudo de que Venezuela pueda cambiar, el detalle esta es que ese tipo de personas son una gran mayoría y por culpa de personas como esa, la anarquía triunfa, es lamentable, pero es la realidad  # Recklessness and Irresponsibility An image that, although sadly very common, screams everything that’s wrong. An adult—reckless to an extreme, but above all, tremendously irresponsible—is riding a motorcycle with a child as a passenger. But how is the child riding? Sure, both are wearing helmets, yes, but that doesn’t erase the rest. The driver rides calmly, as if nothing’s wrong, clearly unaware of the danger both he and the child are in. Life’s ironies. The child is holding on as best he can, with a gas cylinder wedged between his chest and the driver’s back. You can see he’s gripping tightly, clinging with the little strength his arms allow, blindly trusting the person who’s carrying him. The real question is: What if something goes wrong? The motorcycle is riding down one of those typical streets in my city. My daughter took the photo with my phone because I was practically riding to their left. We see a wall that says “NO PARE” (“DO NOT STOP”). And it feels like that phrase applies to everything—as if it’s telling the driver not to stop thinking, not to stop caring, not to stop taking responsibility. Because this isn’t just a traffic violation. On a larger scale, it’s a reflection of how normalized recklessness has become, and how it’s costing us dearly. This happens all over Venezuela, where traffic laws are simply not enforced. This isn’t about judging—it’s about pointing out the recklessness, the lack of awareness, and the irresponsibility. Because every time we see something like this and let it slide, we’re saying it’s okay. And no, it’s not okay. Carrying a child on a motorcycle without proper protection, with a gas cylinder, no safety measures, no common sense—that’s pure irresponsibility from that adult. And the worst part? It happens every single day. Sometimes I wonder if Venezuela can ever change. The sad truth is that people like this make up the majority. And because of them, anarchy wins. It’s heartbreaking—but it’s the reality. Translated with DeepL.com (free version)