​

Sonríe niña

​

Me quedo con tu sonrisa princesa, así Victoria, niña feliz en una mañana cualquiera; esta es una de tantas fotografías de momentos vividos y que es imposible olvidar. Lo cotidiano son las risas, las travesuras y así como la hora del baño y de dormir; es mucho aprendizaje y crecer a su lado, es mágico porque si se puede decir tanto que solo como mamá se dice y esa estrecha relación con los hijos lo sabemos, sentimos y entendemos nosotras.

Se puede vivir a través de una fotografía, si porque son momentos permanentes en nuestra memoria, que es más que un vago recuerdo, ha sido vivir. Se aprovecha el tiempo tanto como se puede porque va muy rápido la hora, los días el año y crecen; pero siempre será mi hija y yo su mamá porque eso no cambia porque crezcan, ya que ese lugar y espacio nadie lo sustituye, pues, es y será su regazo para que venga cada vez que quiera, los brazos para abrigarla y mis oídos para escucharla y todo un corazón para amarla.

En todo este camino sucede un sin fin de cosas y si están las caídas de una bicicleta y una rodilla raspada, las fiebres, las vacunas, las gripes y esa separación cuando la dejas en la escuela por primera vez. Lloran si por algún dolor o una simple malcriadez, por eso se les corrige y regaña muchas veces, las que sean necesaria porque forma parte del proceso de educar, criar y acompañar porque eres su mamá. ​