
# Cielo oscuro.
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Recuerdo que me alegraba
cuando negro se hacía el cielo
y mi abuelita con celo
temerosa nos llamaba.
Sin embargo, esos sonidos
eran orquesta agradada
y algunos en la escapada
nos íbamos escondidos.
Eran terribles los truenos
y eso nos gustaba más,
muchachos de poca paz
para encontrarnos serenos.
Los pajaritos del monte
buscaban por la arboleda
y nosotros una rueda
girábamos sin apronte.
Nos entusiasmaba el pecho
y los ojos d el deseo
al oír aquel goteo
sobre nuestro zinc de techo.
Hoy la nostalgia me trajo
ese asustadizo oscuro
que ahora con pecho puro
noto que riesgoso trabajo.