Saludos a todos los Hivers que nos encontramos por esta puerta mágica de #literatos, con estas líneas me uno a todos los que amamos la poesía y ofrezco mi modesto homenaje a Man Ray.
Déjame repasar el instante en que atrapé tu imagen, porque yo, Man Ray, descubrí los acordes de tu espalda, deslizando desde tus hombros la punta del pincel y ahora descanso sobre el oleaje de tus caderas.
Te voy a guardar, muchacha, eternamente, sobre este pedazo de papel para no dejar de mirarte, para no dejar de sentirte porque en ti se ha roto el silencio.
No supo el lente contener la melodía, ante el obturador el dedo no fue preciso y escapó el aliento, pero en mi mirada el asombro te supo escuchar, tus labios inertes fueron pétalos, mientras sobre tu espalda crecían efes disfrazadas de cadencia y yo, me ataba al arco de tu voz.
Me deslumbró tu figura, tus sienes vestidas, la canción de tu piel. Muchacha, ¿cómo podré dejar de mirarte?
No eres osamenta o carne, eres alma, diapasón, músculo de ébano encantado; sobre tu puente se alzan las cuerdas y me siento iluminado. Estas hecha para ser tocada sutilmente, como quien pretende atrapar un suspiro.
Muchacha, aún se rompen los acordes como el eco del tiempo, en tu cuerpo, detenido. Te he convertido en mi secreto, en verso, en instantánea. Te he transfigurado ante los ojos de lo cierto, eres mi sinrazón, mi desmesura.
Me adorno de ti, sobre tus cuerdas de sombra y luz, sobre el pasatiempo de mi alma. Instrumento, mujer-deseo, muchacha, la realidad es el desamparo y yo, solo he pretendido distorsionar el ensueño, manipular tu alma, guardarte para siempre en blanco y negro...
Gracias por leerme y compartir. Un abrazo a todos.
©Copyright 2025 Lizandra Lisy García Valdés. All rights reserved.
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