A veces, lo inesperado nos regala nuevas formas de ver el mundo. Al capturar esta imagen del cielo nocturno, un pequeño movimiento convirtió cada estrella en una diminuta espada luminosa, como si el universo nos mostrara su propia danza de luces.
Lejos de ser un error, este efecto le da un carácter único a la foto, transformando simples puntos en trazos que parecen suspendidos en la inmensidad. Nos recuerda que incluso en el caos hay belleza, y que lo accidental puede sorprendernos de formas inesperadas.