¡Hola, como están todos mis amigos de la comunidad Holos-Lotus!
Hoy quiero participar en la iniciativa Tragos amargos, ¿a qué le das permiso para que saque lo peor de ti?, la cual trata un tema muy sensible y que nos suele afectar a todos alguna vez en la vida.
De hecho, a mi me han pasado varias experiencias, de esas que nos deja el mal sabor.
A veces, se hace dificil seguir adelante pero también nos hace ser más fuertes y aprender alguna que otra lección. Serán nuestra paciencia y tolerancia, las que actuen como catalizadores delante de este tipo de conflicto.
¡Por lo pronto, vamos a revisar mi participación!
La vida es una tarea por resolver
En ocasiones las cosas no suceden como queremos más bien pueden llegar a ocurrir de un modo completamente contrario a nuestras expectativas y deseos, sin embargo, también sabemos que el mundo no se hizo para complacernos sino para retarnos y ponernos pruebas constantes las cuales debemos superar.
Si todo lo que nos rodea obedeciera a un solo juicio las cosas marcharían subjetivamente alineadas al exclusivo modo de pensar de una sola persona, lo cual pienso, que es imposible, ya que el orden social se produce justamente en base a la diversidad de opiniones del conjunto mostrando todas las alternativas posibles para que de esta forma los acontecimientos puedan ser lo más equitativos y satisfacer la demanda general.
Por lo más común siempre se impone el punto de vista global, sujeto por lo regular, a la acuerdo de la mayoría y nunca al criterio individual.
Se recomienda paciencia y tolerancia
Muchas veces tenemos que soportar estas resoluciones que distan de nuestros deseos y es entendible que nos sintamos decepcionados de acuerdo a nuestras propias necesidades pero luego con el tiempo podríamos llegar a comprender que fue mejor así ya que dichas decisiones habrían pasado por una especie de filtro social convirtiéndose en algo que será comúnmente aceptado por otros así nuestra aspiración personal se haya visto subvaluada.
Admito, que no es algo fácil de aceptar porque vivimos nuestra realidad sin estorbar a nadie tratando en lo mayor posible de que todo sea como “anillo al dedo” en un plano existencial donde podamos salir virtuosos siempre y con un nuevo logro en nuestro haber.
Los problemas están a la vuelta de la esquina
Claro está, las cosas no suceden siempre de esta manera y me atrevería a decir que de todo lo que hacemos en nuestra vida cotidiana nos llevamos cuando mínimo un par de decepciones, a veces, en el entorno familiar, como por ejemplo, cuando discutimos con nuestra pareja tratando de solucionar las cosas de la vida o cuando nuestros hijos nos desobedecen porque están transitando la adolescencia lo cual es una de las etapas más conflictivas del ser humano.
También podría ser en el trabajo, en aquellos momentos cuando el estrés ocupacional nos desborda o tengamos que trabajar bajo presión con un volumen de actividades abrumador.
También debemos establecer límites de tolerancia
En otros casos, podemos vernos involucrados en algún conflicto simplemente estando en la vía pública rodeado de tantos ciudadanos cada uno con criterio propio tratando de desempeñar un rol el cual, en ocasiones, deja de lado la cordialidad y los buenos modales o porque no, sostener un problema con algún vecino, también en el marco de la convivencia donde no siempre llegamos al consenso.
No obstante, todas estas cosas finalmente tienen una solución y nos atribuyen algún tipo de nuevo conocimiento.
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Si lo vemos como una oportunidad de crecimiento y evaluamos cada circunstancia con el fin de aceptar lo bueno y rechazar lo contraproducente, tal vez, nuestra vida pasaría a ser más grata, indiferentemente al terreno donde dos desenvolvamos, llevándonos a establecer ciertos márgenes de tolerancia que nos indiquen hasta donde estamos dispuestos a llegar o hasta donde nos permitimos ser condescendientes con las demás personas.
"Tragos amargos" es un tema más común de lo que parece
Aun así, cuando hablemos de “Tragos amargos”, creo que es normal el hecho de que alguna vez la situación nos desfavorezca hasta tal punto, más allá de la lógica y el aguante, que hayamos tenido que sacar afuera lo peor de nosotros cada quien con sus matices y su propias normas de comportamiento, es decir, aquellas actitudes que no son gratas para nadie, ni cuando se propinan, menos aún, cuando se reciben.
Conflictos laborales a la puerta
Quiero contarles el caso que me pasó recientemente en mi última jornada de atención médica en un colegio de mi localidad, la cual fue llevada a cabo con motivo de la culminación del año escolar y a su vez tenía por objetivo atender a los alumnos antes de salir de vacaciones, en cuanto al tratamiento de desparasitación anual preventiva y dosis de toxoide diftérica de los diez años, todo de acuerdo al esquema de inmunización nacional.
Por supuesto, el tratamiento se lleva a cabo tomando en cuenta la tarjeta de vacunación correspondiente a cada niño por separado.
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Todo iba sucediendo de acuerdo a lo pautado, sin embargo, comenzaron a surgir los típicos casos de desacuerdo con algunos representantes los cuales son difíciles de resolver aun estando presentes las autoridades escolares y los miembros del cuerpo de salud asistencial.
El caso es que muchos de los padres no traían, las tarjetas de vacunación, otros las habían extraviado, también, habían quienes, desinformados, no vacunaban a sus hijos por el hecho de no confiar en las vacunas, otros, simplemente no asistían a la jornada por tener poco compromiso.
¡Les cuento mi experiencia personal!
Yo comencé a brindar una charla de concientización y ahí fue cuando una representante me dijo:
_ “¡Ustedes no pueden obligarnos a vacunar a nuestros hijos! ¡Porque eso depende de cada quien!”
Yo respondí instantáneamente:
_ “¡Nuestra obligación es cumplir con el plan de vacunación! ¡Y es deber de los padres traer a sus hijos a la jornada! ¡Cada niño tiene derecho a acceder a la salud! ¡No se trata de obligación, sino, de responsabilidad!”
La madre continuó:
_ “¡Pues, a mí se me quedó la tarjeta! ¡Así, que se quedará sin vacunar!”
Igualmente, le di una solución:
_ “¡Tiene la opción de ir a buscarla! ¡Si no, el equipo se trasladará a su casa y lo vacunamos allá!”
Para remate, ella cerró la conversación diciendo:
_ “¡Yo tengo que salir hoy! ¡Por tanto no sé cómo van a hacer! ¡En mi casa no habrá nadie!”
Bueno. No me quedó de otra que decirle por último:
_ “Señora, por favor, organícese mejor y usted me dice cuando puedo ir a su casa! ¡Yo estoy disponible siempre que se necesite!”
Aun así, obtuve por respuesta:
_ “¡No sé...!”
Y se marchó.
Fin de la historia. Hice una minuta por escrito y se la pasé al personal del colegio y al equipo de salud quienes también fueron testigos de lo sucedido.
¡No siempre obtendremos los resultados esperados!
Lamenté mucho todo aquello, principalmente, por los niños implicados, cabe destacar, que este no fue el único caso, también hubieron varios representantes más con cualquier tipo de pretextos para no vacunar a sus hijos, lo cual es algo que se escapa de nuestras manos y no nos queda de otra que actuar profesionalmente tragándonos aquel “Trago amargo”, en contra de nuestra voluntad.
Finalmente, en lo más profundo de mí, espero que este post sirva medianamente para sembrar conciencia y hacer entrar en razón a cualquier persona que esté pasando por un caso similar.
Indudablemente, tenemos que ser tolerantes cuando trabajamos con el público o la ciudadanía en general, pero del mismo modo, se debe entender que la salud va por delante de todo, principalmente, cuando se trata de nuestros hijos.
Esto ha sido todo por ahora espero que les haya gustado mi contribución a la iniciativa propuesta por @charjaim. Les deseo éxitos a todos nos vemos en la próxima entrega.
Invito a mis nuevos amigos en Hive: @mhe, @ogechukwu-martha a publicar en Holos&Lotus.