Ay, ay, ay, ay, ay…"El que no sabe de amores, llorona, no sabe lo que es martirio…”, melodía del cantante español, Rafael. Cuando se habla de lágrimas, directamente lo asocio al amor. ¿Por qué? A estas alturas de mi vida no lo sé. Hace muchos años presencie un altercado de unos vecinos de mi barrio, era una pareja. Todavía lo recuerdo, a mí me impresiono mucho, pero Paraulata y mi familia lo tomaron como un chiste. Cuenta la historia, que una madre lloraba, mientras su esposo se iba con sus trapitos al hombro, su hijo de tan solo 4 años. Le dio un abrazo muy fuerte, se aferró a ella y le limpio las lágrimas, preguntándole: -¡Te duele, Meliá¡- replicándole con una fuerte voz: -Te voy a proteger Melia- Mami lo tomo de la mano y le miro dijo: -“Ya no me duele”-. Caminaron uno al lado del otro. Mami, miro al cielo, sonrió, decidió darse una nueva oportunidad y cambiar el rumbo de sus vidas. Esta historia se repite a cada segundo en el planeta, de la misma manera que nace un niño o que fallece una persona. Sin embargo, considero que las lágrimas más dolorosas son aquellas que se derraman por un amor traicionero. Amores que no tienen el valor de mirar a la cara y decir la verdad. Y se escudan, echándole la culpa a la pareja. Personas que dicen amar, pero no saben lo que esto significa, y es lo más elemental: el respeto y consideración. Aunque no lo crean, la vida se encarga, de poner a cada quien en su justo lugar. Nadie, absolutamente nadie se va del planeta sin recibir lo que se merece. Pues, la vida es como un boomerang. Esa arma que se lanza y se devuelve. Así mismo, funciona. Ay, ay, ay, ay, ay…“no sabe lo que es martirio…” Aunque a veces, las lágrimas salen sin ningún motivo aparente. Digo “aparente”, porque muy dentro de nosotros, el alma si sabe porque llora. Pero, también se llora de alegría y recordando momentos mágicos. También cuando escuchamos una canción, o percibimos una fragancia. Cuando estamos de duelo, tanto de muerte como de despecho; en primer lugar, hay que llorar mucho y hasta que no quede fuerzas. Y en segundo lugar, dejar de lamentarse. Y no atraer pensamientos negativos que puedan manifestarse en el plano físico. Para distraer la mente y sacarla del laberinto donde se esconde a lanzar dardos. Extremadamente toxica. Hay que evitar reforzar las emociones negativas para no manifestar lo que nos hace daño. Es necesario salir con amigas a tomar café, bailar, cantar Karaoke en una tasca, ir de shopping, a la playa, rodearte de la naturaleza, entre otras actividades. Como dice mi primo Pilin: **¡Gózalo, Turuuu…! La vida es una sola** Pilin o Manu como también le decimos por cariño, le cambio el sentido, a la frase: "¡mátalos turú, mátalos!", por una frase que utiliza mucho cuando esta alegre, divirtiéndose y cantando. Amigos de #EmpowerTalent, hay dos alternativas seguir llorando o buscar solución al problemas. Algunas personas no intentan salir del hoyo y la depresión. siguen . Creo que hay que tratar en lo posible de dejar de hacer lo que nos de dolor porque se le va la vida sufriendo, llorando, perdiendo el tiempo, criticando y quejándose. ¡Fuera dolor! Dedíquese a quererse y apostar por ustedes, pues todo lo que sucede es una experiencia de vida. Reflexiones y no vuelva a creer en pajaritos preñados como decimos los venezolanos. En fin, constantemente la vida nos pone a prueba a ver hasta donde se puede resistir, va a depender de cada uno de nosotros decidir qué hacer. **¡Gózalo, turuuu…! La vida es una sola**