Desde la ventana
Desde la ventana veo el ocaso; el Sol, lleno de paz, va hacia el poniente, iba avanzando cabizbajo, lentamente; quizás, pensando en tú fracaso.
Él te regala su luz e ilumina cada paso, no desprecies su brillo prominente ni la misericordia del Omnipotente que te extiende con cariño sus brazos.
Del Creador es el regazo donde el pecador encuentra paz y deja la vida solaz.
Aprovecha la luz fugaz; aléjate del fracaso, que no te sorprenda el ocaso.