Dedicatoria En este presente trabajo de grado primeramente me gustaría agradecerte a ti Dios todo poderoso por bendecirme y enseñarme el camino para poder llegar a este momento, por cumplir este sueño tan anhelado y por enviarme como ángeles a cada una de las personas que formaron parte de este proceso. Mi sincero agradecimiento a mi casa de estudio Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos y al Hospital Dr. Jesús María Casal Ramos por abrirme sus puertas y darme la oportunidad de ser un profesional. Especial reconocimiento merece nuestro tutor académico Dr. Juan Carlos Fonseca quien además de brindarnos sus conocimientos y experiencia; ha logrado en mí que pueda culminar mis estudios con éxito gracias a su motivación, dedicación y empatía que lo caracterizan como maestro. De igual forma agradecer a nuestra tutora metodológica Lic. Janet Maldonado quien fue un apoyo indispensable para la elaboración de este proyecto. Me gustaría agradecer a todos los profesores que durante toda mi carrera profesional han sido una fuente constante de enseñanza y apoyo personal, en especial al Dr. Francisco Heredia quien guardo con un cariño muy especial, Dra. Daviunny Villarroel quien sin importar la distancia siempre demostró dedicación para enseñar y Dr. Argimiro Mendoza coordinador del CRH- 27 que me acogió con tanto cariño. Especial reconocimiento y sobre todo agradecimiento merece mi madre María Antonieta Hernández quien desde el primer día fue mi mayor apoyo, guía, maestra, mejor amiga y compañera, gracias madre por cuidarme, por tus sacrificios, por estar conmigo en mis momentos más difíciles y por todo tu amor que parece infinito, gracias a ti estoy donde estoy; este logro es de ambas. Gracias a mi padre Crisanto Hernández, por ser uno de mis mayores ejemplos de superación y trabajo, por siempre confiar en mí, permanecer a mi lado, por tus sacrificios, tu amor, tus oraciones y por nunca dejarme desistir de mis sueños. Te amo papá. También debo agradecer al resto de mi familia, mis hermanos Jesús, Diego y Andrés Hernández por ser una fuente de amor incondicional y ser mi mayor impulso para salir adelante. Gracias abuelita María Aular quien a pesar de no poder acompañarme hasta el final de este camino, sé que desde el cielo se mantiene muy orgullosa de mi, te agradezco abuela por ser mi pilar de amor y admiración más grande. Gracias a todos mis primos, en especial Gabriela, Génesis, Víctor, Anyi, Emelys, Josmar, Manuel, Javier Pulgar y Ender López por confiar en mí, acompañarme y cuidarme, gracias por ser una pieza indispensable para mis éxitos. A mis tías Germania, Marisol y Laura gracias a su apoyo incondicional y amor me convertí en la persona que soy hoy. Quisiera mencionar a cada una de aquellas amistades que sin duda hicieron de este trayecto una aventura. Mis queridos amigos de Valle de la Pascua Victor, Kenia, Stefani, Armando, Ricardo y Reinaldo, personas a las que puedo llamar sin duda familia y que por 3 cortos años se ganaron mi corazón y admiración, este sueño inició junto a ustedes y me llena de gozo saber que lo hemos culminado. Especialmente agradezco a la familia de Víctor por recibirme como parte de ellos y regalarme su amor y amistad. A mi amigo Jesús Lisboa quien inició este camino con nosotros y que desde el cielo en espíritu sé que siempre nos ha acompañado, amigo mío lo hemos logrado. Mis amigos del CRH – 27 Iris Rodríguez, Fabiola Hernández, Adrian Pacheco, María Villa, gracias por ser una fuente de buenos momentos, diversión, alegrías, enojos, estudio, amor, lealtad y compañerismo. Hicieron de mis días como estudiante los más felices. Gracias Dios por permitirme lograr este sueño junto a ellos. Gracias a Rusbelis Rodríguez por ser mi confidente y siempre aconsejarme. A mis hermanos de vida Jerson Velazco y José Azuaje, gracias por ser mis mejores aliados, por enseñarme, amarme, ser una fuente de inspiración y cambio en mi vida estos últimos 3 años. Al resto de mis compañeros de la promoción XXII, quienes agradezco su compañerismo y amistad. Por ultimo debo dar las gracias a mi persona María Alejandra Hernández. Gracias María por nunca desistir, por nunca renunciar aun cuando ese era tu mayor deseo; lo lograste y debes sentirte orgullosa de ello. Cada sacrificio valió la pena, cada lágrima, cada día lejos de tu hogar, cada experiencia vivida durante estos 6 años. Todas esas vivencias y conocimientos adquiridos que hoy ves con tanto amor, hacen a la profesional que eres el día de hoy. Para mí mis más eternos y sinceros agradecimientos, sigue adelante y nunca te detengas.
