
El otro día escuché en una película que la verdadera ruina es atarse emocionalmente al caos y me puse a pensar. ¿Será mi caos tu caos y el caos de todos? De ser, ¿tendrá un cordón umbilical invisible? El caos supone el estado anterior al orden y a la creación, es el camino al arte como la cerveza es el camino al baño, y el arte me alimenta lo mismo que me provoca vértigo y más caos.
Estoy harta de amar al caos. Su promesa de orden no camufla su verdadera cara: desorden y confusión absoluta, y sin vergüenza admito que sólo quiero paz y agua de mar. Sólo eso.
_El collage fue realizado con Adobe Photoshop y es de mi autoría Puedes visualizar este post en mi blog
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