A Tuesday hug for the friends of the #holoslotus community.
Hoping everyone is vibrating positively, and to begin the usual tasks, I'm preparing to participate in my dear @maylink's proposal, where she asks us to talk about the power of conscious habits.
We are living in difficult times, where daily contradictions force us to withdraw and create a universe of obligations that wear us down physically and emotionally.
Time passes, days turn into weeks, weeks into months, and months into years, and more than a few times we feel like we haven't made any progress.
Just noticing that we're getting older gives us a sense of the passage of time.
That's why I think that creating conscious habits, although at first glance they are also routine, since we do them for pleasure and relaxation, become rewarding.
Today I'll talk about mine specifically, the ones I do to "disconnect," as they say in good Cuban.
My main daily activity is writing, although because of my addiction to literature, I breathe, for the health of my own creation, I need a mental break, especially when I've finished a project and am about to start a new one.
Starting the day on a positive note is super important to me; I translate that into having a cup of coffee when I wake up.
I can't think of a better way, and I'm lucky enough to do it the way I like it: that first freshly brewed coffee, I drink it in bed.
With my morning coffee, I feel like nothing can go wrong if the day has started the way I like it.
Then comes breakfast, but I don't worry about it; it can be twenty minutes after coffee or two hours later.
I sleep in the mornings because I don't write during the day; I need a lot of silence to do it, so I do it late at night and early in the morning.
I only write during the day when I'm pressed for a deadline and I have to take advantage of the few moments of electricity I have to use the computer.
During the day, I do crafts, which is one of the conscious habits I've maintained for years.
This work, although it also generates income, is not my main goal.
It is to release all psychological tension, and patchwork, and especially crochet, have that therapeutic effect on me.
Around four in the afternoon, I share another cup of coffee. This one is prepared by my ex-partner, who made it this way for over twelve years of marriage, and we've maintained the custom.
It's good for both of us; we talk, share ideas about common projects, and enjoy the nectar of choice.
Around 5:30 or 6:00 in the afternoon, I retreat to talk and tend to my plants. There, I forget everything and am purified in my green space.
On these rainy days, it hasn't been necessary to water them.
Instead, I remove the weeds that harass them and threaten to grow uncontrollably, favored by the rain and the moisture in the soil.
I'm someone accustomed to socializing; for work reasons and because of my communicative nature, I've been doing so throughout my life.
Now, due to mobility problems that worsen with age, I spend a lot of time alone at home.
I've constantly learned to value those quiet, private spaces, which I didn't have before.
That's why I enjoy them and take care of them; my conscious habits have created the necessary complement in my life to feel happy.
A hug, until further notice.
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Un abrazo de martes para los amigos de la comunidad #holoslotus.
Deseando que todos estén vibrando en positivo, para comenzar las tareas habituales, me dispongo a participar en la propuesta de mi querida @maylink donde nos pide que hablemos del poder de los hábitos conscientes.
Estamos viviendo tiempos difíciles, dónde las contradicciones diarias nos hacen sustraernos y crear un universo de obligaciones que nos desgastan física y emocionalmente.
Transcurre el tiempo, los días se vuelven semanas, las semanas, meses y los meses, años y no pocas veces sentimos la sensación de no haber avanzado nada.
Solo observar que estamos más viejos nos da la medida del paso del tiempo.
Por eso pienso que crearnos hábitos conscientes, aunque a simple vista, también son rutinarios, como lo hacemos por placer y relax, se vuelven compensadores.
Hoy les hablaré de los míos en específico, los que hago para " desconectar" como se suele decir en buen cubano.
Mi actividad fundamental en mi cotidianidad es escribir, aunque por esa adicción a la literatura respiro, por la salud de la propia creación, necesito descanso mental, sobre todo cuando terminó un proyecto y voy a emprender con uno nuevo.
Comenzar en positivo el día es súper importante para mí, eso lo traduzco en tomar al despertar una taza de café.
No consivo mejor manera y tengo la suerte de hacerlo como gusta, ese primer café recién colado, lo tomo en la cama.
Con mi café matinal, siento que nada puede ir mal si el día comenzó como me gusta.
Después viene el desayuno, pero este no me preocupa, puede ser veinte minutos después del café o a las dos horas.
Duermo las mañanas, pues no escribo de día, necesito mucho silencio para hacerlo por eso lo hago entrada la noche y la madrugada.
Solo escribo de día cuando me apremia una fecha de entrega y debo aprovechar los instantes que tengo de fluido eléctrico para usar el computador.
De día me dedico a las manualidades, que es de los hábitos conscientes que mantengo desde hace años.
Está labor aunque también me genera ingresos económicos no es el objetivo principal.
Si lo es, liberar toda tensión psicológica y el parche y sobre todo el crochet, ejercen en mi ese efecto terapéutico.
Sobre las cuatro de la tarde, comparto otro café, este viene a prepararlo mi expareja que así lo hicimos por más de doce años de matrimonio y conservamos la costumbre.
Nos hace bien a ambos, conversamos, compartimos criterios sobre proyectos en común, y disfrutamos el nectar de preferencia.
Sobre las 5:30 o 6:00 de la tarde es mi retiro a dialogar y asistir a mis plantas, allí me olvidó de todo y me purificó en mi espacio verde.
En estos días de lluvia, no ha sido necesario regarlas en cambio, le retiro las hierbas que las acosan y amenazan con crecer de manera desenfrenada, favorecida por la lluvia, y la humedad de los suelos.
Soy alguien acostumbrada a socializar, por razones de trabajo y por mi carácter comunicativo, lo he venido haciendo en todo el trayecto de mi vida
Ahora por problemas de movilidad que con la edad, son más profundos, permanezco mucho tiempo sola en casa.
He aprendido permanentemente a valorar esos espacios tranquilos, privados, que antes no tuve.
Por eso los disfruto y me ocupo, mis hábitos conscientes han venido a crear en mi existencia el complemento necesario para sentirme feliz.
Un abrazo, hasta más ver.
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