No soy con exactitud un escritor de primera; es decir, claro que escribo, pero mi arte me desespera.
Puede que alguien me elogie después de haberme leído, pero siendo muy sinceros, ¿entenderá lo que he sufrido?
El escritor debe estar preparado para morir por lo que imparte, pero si ése no es el caso, ¿qué sentido tiene su arte?
Todo aquél supuesto "escritor" que no siente lo que ha escrito, puede ser considerado por mí como un ser totalmente maldito.
La primera sí, por supuesto; la segunda un trago amargo, pero la tercera es lo opuesto a escribir sin tener encargo.
El setenta por ciento de lectores no entienden al miserable autor, pero aún así hacen críticas ignorando su respetable labor.
El arte se admira, se aprecia, sin importar el rubro o lugar; también se abraza y se besa viendo lo que llega a inspirar.
Siempre escribo con metáforas para los buenos observadores. Como ven, tengo mucha labia, pues así somos los escritores.
Medinowski ©