Incesantes y sin piedad las estrellas de cartón que en el firmamento levitan me gritan tu nombre para recordar que eres una estrella fugaz.
Es difícil olvidar aquella noche... El cielo hoy brilla lleno de luminares perdidos en el firmamento, pero aquella silenciosa noche de noviembre no hubo estrellas en el cielo que iluminaran el camino hacia ti, realmente no las necesité, tú fuiste mi propia estrella, guiaste mis manos directo a tu pecho donde sentí aquella mágica conexión, tu corazón y el mío latiendo al mismo ritmo como si fuéramos dos mitades de uno solo.
Pequeña estrella que me guiaste a casa hazme saber si aún tienes el mapa para ser tuya una vez más... en una noche estrellada.
La imagen pertenece a Jeremy Thomas en Unsplash.
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