Lectura recomendada en modo nocturno
Quise decirte que lo sentía,
quise disculparme incontables veces,
quise decirte que sí, que fue culpa mía,
quise llamarte por la noche, contarte toda la verdad,
quise decirte todo lo que no sabías,
quise decirte que fue el mayor error que pude cometer.
Quise besarte un poco más de tiempo cada vez que te veía,
quise mirarte a los ojos y no sentir culpa,
quise querernos toda una vida,
quise pedirte que nunca me dejaras,
quise evitar que el tiempo te dijera lo que yo no podía,
quise empezar de nuevo, jamás haber hecho eso.
Quise escucharte toda la vida decirme "mía",
quise que las prófugas noches se volvieran etéreas en tus dedos,
quise ya no sentir el peso de la mentira,
quise oler tu perfume cada noche entre mis brazos,
quise no desfilar el vestido de verguenza y cobardía,
quise tanto... he hice tan poco.
Así que en ese último abrazo te dejé toda mi alma y lo de mi corazón aún latía, te abracé tan fuerte sabiendo que sería la última vez, respiré profundo y rogué a cualquier dios que me escuchara para que aprendiera yo a vivir sin tus besos furtivos. Te miré con los ojos brillantes... te miré tanto y tanto, como grabando tu silueta en mi memoria. En ese último abrazo te dije todo lo que nunca pude , te entregué todo lo que era y lo que podía ser también; te lo dejé todo porque era lo que habías hecho por mí. En ese último abrazo me fui contigo, ya no era yo en mi cuerpo, mi cuerpo ahora solo era un vacío muñeco de carne y huesos.
Quise decirte que te amaba, pero ya no te merecía.
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